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El embrollado discurso político

«In the loop»

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Mikel INSAUSTI  I

Aún a riesgo de que digan que estoy desfasado he de confesar que no comparto el creciente entusiasmo intelectual por las actuales series de televisión que practican el humor inteligente, y que, trasladadas a la pantalla grande, me resultan hasta invasivas. La mayoría se basan en la incontinencia verbal, debido a que en los hogares permiten al poseedor del mando a distancia subir el volumen para aislarse de las conversaciones del resto de habitantes de la casa. Pero para los solitarios que vamos al cine a disfrutar, como mirones que somos, tanta palabrería nos llega a agobiar. No entiendo las comparaciones con “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”, ya que la sátira antibelicista de Kubrick tenía gags visuales, algo que el Armando Iannucci de “In the Loop” no se plantea ni en sueños. De hecho, en su versión cinematográfica de la previa teleserie “The Thick of It”, la cámara es esclava de los discursos de los personajes, y siempre sigue a quien lleva la voz cantante. Una actitud vigilante que convierte a los intérpretes en auténticos bustos parlantes, del mismo corte que los que en la caja tonta dan las noticias o intervienen en las tertulias y debates. Sospecho que el éxito crítico de la película se debe a que en lugar de ofrecer unos diálogos políticamente correctos como los de cualquier emisión de un canal público, lo que nos muestra es lo que se dice «off de record», esas conversaciones de los pasillos que cuando son filtradas le cuestan el puesto al político que las pronuncia supuestamente en privado. Las situaciones captadas en “In the Loop” son las típicas que se dan cada vez que a un cargo electo le pillan maldiciendo o empleando frases fuera de tono, porque no se había dado cuenta de que había algún micrófono abierto cerca suyo. El contenido de tales exabruptos es lo de menos, pues a fin de cuentas da igual que se hable de invadir un país o de subir los impuestos, dado que la intención es hacer una caricatura de la clase política a partir de su falaz retórica.

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