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Lucha contra el cambio climático

La UE promete ayuda para combatir el cambio climático

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Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), reunidos en Bruselas, pusieron la cifra de 7.200 millones de euros sobre la mesa a modo de golpe de efecto para intentar desbloquear las negociaciones en Copenhague y reavivar el espíritu de una cumbre en la que muchos ya dan todo por perdido.

«La cifra total se eleva a 2.400 millones de euros anuales» entre 2010 y 2012, declaró el primer ministro sueco y presidente de turno del bloque europeo, Fredrik Reinfeldt, al término de la cumbre de dos días, pero aún no se ha concretado cuánto aportará la UE a partir de 2020, una de las cuestiones más polémicas.

La cantidad acordada supera el objetivo de 6.000 millones de euros en tres años que la UE se había fijado recaudar entre sus estados miembros con el fin de asumir «su justa parte» de un plan mundial para ayudar de forma inmediata a los países pobres a desarrollar economías más ecológicas y mitigar los efectos del cambio climático.

Los países más industrializados están llamados a contribuir a ese fondo, al que se prevé dotar con 30.000 milones de dólares para el periodo 2010-2012.

Los estados europeos se convirtieron en los primeros en poner sobre la mesa su contribución, un asunto determinante para el éxito de la cumbre de Copenhague, que finaliza el próximo día 18.

Gran Bretaña donará el próximo trienio 1.500 millones de euros; el Estado francés y Alemania 1.260 millones cada uno, Suecia, 765 millones; el Estado español, 375 millones; Italia, 300 millones, y Austria, 120 millones.

Ayuda alentadora

El responsable para cuestiones climáticas de la ONU, Yvo de Boer, reaccionó de inmediato al asegurar que la ayuda europea es «muy alentadora» para el proceso. «Veremos cuáles son los números que presentarán otros países ricos», dijo.

El esfuerzo europeo, en plena crisis económica que ha vaciado las arcas públicas de los estados, busca presionar a EEUU y a otras potencias como Japón y Australia para que arrimen el hombro.

Sin embargo, no está claro que una concesión para sólo tres años vaya a tener tanto impacto, entre otras cosas porque ya hay voces que acusan a la UE de ofrecer un dinero que no es nuevo y que podría proceder de fondos ya comprometidos para ayuda al desarrollo.

Los Veintisiete no especificaron la procedencia de los fondos, pero el presidente francés, Nicolas Sarkozy, señaló que «el objetivo» es que todo ese dinero sea financiación nueva.

No obstante, esta ayuda, llamada de desembolso inmediato, es sólo un primer paso. Se calcula que los países en vías de desarrollo necesitarán unos 100.000 millones de euros anuales entre 2013 y 2020 para emprender las actuaciones necesarias.

Préstamos verdes

El multimillonario George Soros aseguró saber cómo conseguir crear un fondo de 68.000 millones de euros (100.000 millones de dólares) para ayudar a los países pobres a combatir el cambio climático y a enfrentarse a sus consecuencias que, según plantea, financiaría el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En setiembre, el FMI distribuyó entre sus miembros 283.000 millones de dólares mediante un instrumento financiero llamado Special Drawing Rights (SDR). Más de la mitad de ese fondo fue a parar a las quince mayores economías, que lo han mantenido en su mayoría intacto en sus cuentas de reserva.

Soros planteó la utilización, por parte de los estados más ricos, de 100.000 de esos 283.000 millones de dólares para desarrollar proyectos de reducción de emisiones en países pobres. «Propongo que los países industrializados presten 100.000 millones de dólares de esos SDR a 25 años para un fondo verde especial que sirva a los países en vías de desarrollo», explicó el magnate de origen húngaro.

Ese dinero podía invertirse en fuentes energéticas bajas en carbono, en reforestación, en protección de la selva y en programas de adaptación a sequías, inundaciones y otros impactos del cambio climático.

El primer borrador de acuerdo sobre el clima provoca roces

Los países desarrollados y emergentes mantuvieron serios roces ayer en torno al primer borrador de acuerdo de la cumbre sobre el clima de Copenhague, donde EEUU pidió más esfuerzos a las grandes economías emergentes y China exigió soluciones a largo plazo. China y EEUU, los dos países más contaminantes, manifestaron sus diferencias en declaraciones que parecen anunciar feroces negociaciones hasta que termine la conferencia.

Un primer borrador de acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura del planeta hasta 2050, entregado ayer a las delegaciones de los 192 estados que asisten a la conferencia, plantea reducir las emisiones de CO2 hasta un 95% en 2050 y limitar la subida de la temperatura global media entre 1,5 y 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.

También prevé un segundo período de compromiso bajo el Protocolo de Kioto, boicoteado por EEUU, pero es vago en lo que respecta a la financiación, y tampoco señala una fecha límite para concluir un tratado legalmente vinculante, dos temas cruciales.

La comunidad científica considera que ese medio grado de diferencia conllevaría medidas muy costosas y, por eso, ya ha sido motivo de fuertes debates en Copenhague y rechazado por los países ricos.

Analistas subrayaron que este borrador señala las posiciones rivales de tres bloques diferentes: países pobres altamente vulnerables, grandes economías emergentes y naciones ricas.

EEUU cuestionó el borrador al considerar que no exige suficientes esfuerzos a los países emergentes. Según Todd Stern, no se presiona en forma suficiente a las grandes economías emergentes para que reduzcan sus emisiones de carbono, y esto hace que dicho texto sea «desequilibrado en ese punto específico». GARA

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