Me relataba mi amigo su periplo de la pasada semana en las urgencias de un hospital. En el trabajo sinti� un dolor en el pecho que luego recorr�a la distancia que se encuentra entre la parte superior de la tetilla izquierda y su mand�bula, produci�ndole una sensaci�n de vac�o un tanto extra�a. Acudi� a urgencias y le comunicaron que pod�a tratarse de una angina de pecho. Comenzaron a realizarle las pruebas pertinentes, el protocolo que llaman los galenos, an�lisis, electros..., no sin antes vestirlo, es un decir, con una especie de camis�n cuya particularidad, a primera vista, es la de facilitar el coito anal, pues la prenda en cuesti�n se haya totalmente abierta por detr�s, contando con unas cintas para atarla que el uso y el tiempo han hecho quedar deshermanadas.

-Lo hacen adrede, Federico, -me explica-, para dejarte claro que acabas de entrar en el territorio del saber m�dico y all� necesitan la humillaci�n que procura tu ignorancia. Es su escenificaci�n. Te dejan, antes de nada, con el culo al aire de manera nada metaf�rica. Ya lo estudi� Foucault.

-�Hombre Luis, me parece un poco exagerado! Yo siempre que he acudido a urgencias me han atendido extraordinariamente.

-Que s� Fede, que s�, que el personal merece toda mi gratitud. Son los protocolos y la estructuraci�n de la instituci�n lo que yo critico. Que cada vez tienes menos entendimiento.

Pasadas once horas desde su ingreso entre eso que llaman boxes y salas de espera, fue ingresado en una cama de Observaci�n que junto con otras diez rodeaba la habitaci�n en forma de elipse en la que, a diferencia de un pan�ptico, el ingresado tambi�n puede observar a los que le observan.

-Al d�a siguiente me hicieron una prueba de esfuerzo. Eso fue lo peor. Consiste en correr sobre una cinta que va aumentando progresivamente en velocidad e inclinaci�n, de tu cuerpo cuelgan infinidad de cables y una enfermera te toma la tensi�n en tu brazo a cada minuto, mientras tu galopas cual ping�ino desbocado intentando no estamparte contra el suelo.

-�Con zapatillas y ch�ndal? -sonre�.

-Con el camis�n y los patucos de papel verde de quir�fano. Y un pantal�n de pijama dos tallas menos que una auxiliar tuvo a bien procurarme despu�s de decirle que si hay que morir, pues se muere, pero �co�o! con un poquito de dignidad. Y es que, Fede, el parche de nitroglicerina que me pusieron hizo en mis arterias el mismo efecto que la viagra y con s�lo aqu�l camis�n mi figura era poco edificante. Si adem�s ten�a que correr... Aunque con aqu�l pantal�n parec�a Manolete. Me han quitado de fumar, las grasas y la sal.

-Sin tabaco, ahora la comida te sabr� m�s.

-S�, no sabes las ganas que ten�a, al fin la acelga sin sal me sabe a acelga sin sal y la coliflor a coliflor. No quepo de contento.

-�Y qu� piensas de que los obispos pidan que el aborto se considerado delito?

-Me parece bien. Yo pido que el ser obispo sea considerado crimen de lesa humanidad, los condenen a trabajar y, a ser posible, los capen.