Munilla es rechazado por el 77% de los párrocos de Gipuzkoa
El nombramiento de José Ignacio Munilla como obispo de la Diócesis de Gipuzkoa ha generado una reacción sin precedentes en este herrialde. De los 110 párrocos guipuzcoanos, 85 han suscrito un comunicado en el que muestran su disconformidad y desaprobación «con la intencionalidad y el procedimiento» seguidos en la designación del nuevo obispo.
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El 77% de los párrocos de Gipuzkoa, entre los que se encuentran 11 de los 14 arciprestes, han mostrado su «dolor y profunda inquietud» con el nombramiento de José Ignacio Munilla porque consideran que el nuevo obispo «no es en modo alguno la persona idónea para desempeñar el cargo asignado».
Cuando faltan pocos días para que se cumpla un mes desde el nombramiento del nuevo obispo de Gipuzkoa, la mayoría del clero de este herrialde ha reaccionado en contra esta polémica designación.
El motivo, según explican los propios curas, es que han percibido este nombramiento como «una clara desautorización de la vida eclesial» de su diócesis y también como «una iniciativa encaminada a variar su rumbo».
De los 110 párrocos existentes actualmente en Gipuzkoa, 85 han firmado este manifiesto de rechazo a José Ignacio Munilla, si bien el total de firmas recogidas asciende a 131, ya que también lo han suscrito sacerdotes diocesanos y religiosos.
«Conocemos de cerca la trayectoria personal de José Ignacio Munilla como presbítero, profundamente marcada por la desafección y falta de comunión con las líneas diocesanas. Consideramos -añaden los firmantes de este escrito- que en modo alguno es la persona idónea para desempeñar el cargo de obispo y pastor de nuestra diócesis».
En el mismo manifiesto, los representantes de la Iglesia de Gipuzkoa muestran su apoyo y adhesión a «la línea pastoral y estilo eclesial que se han ido forjando en nuestra Diócesis en fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II con el aliento y dirección pastoral de nuestros obispos».
«Incertidumbre»
En esta línea, la mayoría del clero de Gipuzkoa manifiesta que, «desde la fidelidad al evangelio de Jesucristo, nuestro amor a la Iglesia y servicio a nuestro pueblo», reitera ante las comunidades cristianas su voluntad y compromiso de «seguir caminando en coherencia con las opciones pastorales que hemos mantenido a lo largo de todos estos años».
«Estamos convencidos de que no nos va a faltar el aliento del Espíritu ni la colaboración de tantos y tantos creyentes que en estos momentos de incertidumbre -añaden en el mencionado manifiesto- seguirán aportando lo mejor de su experiencia cristiana».
«Esta designación es una clara desautorización de la vida eclesial de nuestra Diócesis y también una iniciativa destinada a variar su rumbo».