El Gobierno de la presidenta argentina, Cristina Fernández, denunció ante la Justicia que se interfirieron en las comunicaciones del helicóptero que trasladaba a la jefa de Estado el pasado 11 de diciembre, en lo que el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, definió como «un gesto intimidatorio y amenazante».

Estas interferencias sucedieron el pasado 11 de diciembre a la misma hora que en los tribunales comenzaba el macrojuicio contra los militares de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura (1976-1983).

«Maten a la yegua, ¡mátenla!», decía una voz masculina, con una marcha militar de fondo, en uno de los audios que divulgó el canal de televisión C5N. «Boludo, maten al pescado. Mátela», es otra de las frases -en total fueron unas cinco- con las que interfirieron las comunicaciones del helicóptero de la presidenta.

«Estamos hablando de equipos que solamente se pueden usar desde otra aeronave o desde un lugar desde donde se administre información de algún aparato DHF, que son los que permiten meterse dentro de la misma frecuencia», sostuvo Aníbal Fernández en declaraciones a la emisora Radio 10.

El secretario general de la Presidencia, Óscar Parrilli, notificó el incidente a la Procuración General (Fiscalía del Estado), cuyo titular, Esteban Righi, presentó, el lunes, una denuncia ante la Cámara Federal de Buenos Aires.

El propio Aníbal Fernández sugirió que las amenazas podrían estar ligadas al inicio del juicio en el que comparece casi una veintena de marinos de la ESMA, el mayor centro clandestino de detención durante la dictadura, entre ellos emblemáticos represores, responsables de secuestros, torturas, desapariciones y robos de niños nacidos en cautiverio, entre otros.

«No hay forma de que se pueda probar por ahora este tema, pero no deja de ofrecerle a cualquier malpensado, como uno, que esto está íntimamente ligado con estas acciones», manifestó el jefe del Gabinete.

«Los dinosaurios siguen»

Al ser consultada por la prensa sobre la denuncia, Crisitina Fernández dijo que lo sucedido es un «muestra de que todavía están los dinosaurios». Evitó referirse a los autores porque «será la Justicia la que lo determine».

El juicio, a cuya primera jornada asistieron altos funcionarios, es considerado «histórico» por el Gobierno y organizaciones humanitarias.