Juicio contra «Egunkaria» en Madrid
Los procesados defienden la trayectoria de «Egunkaria» y dan testimonio de las torturas
El juicio del «caso Egunkaria» ya está en marcha. Los cinco procesados -Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Joan Mari Torrealdai, Martxelo Otamendi y Txema Auzmendi- reivindicaron su labor y la del diario clausurado y desmontaron las tesis acusatorias. Negaron haber recibido órdenes de ETA para dirigir el rotativo. Defendieron su «independencia» y «pluralidad». Y no pasaron por alto la denuncia de las torturas sufridas en comisaría para imponerles una declaración.
Manex ALTUNA | MADRID
El juicio por el cierre de «Euskaldunon Egunkaria» comenzó ayer en la Audiencia Nacional española ofreciendo una imagen insólita. Además de las decenas de personas que acudieron a Madrid a arropar a los cinco imputados -entre ellos representantes de todos los partidos políticos abertzales-, la Fiscalía ni siquiera tomó parte al entender que no hay delito ni pruebas que lo sustenten. El representante del Ministerio Público, Miguel Ángel Carballo, se limitó a ratificar su petición de archivo de la causa al inicio y se mantuvo en silencio durante toda la jornada, sin realizar ninguna pregunta a los procesados.
La primera sesión del juicio se prolongó durante muchas horas a pesar de que los acusados tampoco contestaron a las preguntas realizadas por la AVT y Dignidad y Justicia. Sin embargo, los cinco fueron desmontando punto por punto las imputaciones realizadas en su contra respondiendo a las cuestiones planteadas por sus letrados. Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Martxelo Otamendi, Joan Mari Torrealdai y Txema Auzmendi defendieron la «independencia» y «pluralidad» del diario clausurado por el juez Juan del Olmo en 2003 y negaron también haber recibido órdenes de ETA para desarrollar su labor.
Las comparecencias empezaron después de que el presidente de la sala, Javier Gómez Bermúdez, desestimara la petición de las defensas de no aceptar como testigos a los «peritos» de la Guardia Civil por «enemistad manifiesta» con los imputados al haber participado en las detenciones y haber sido algunos de ellos citados a declarar en las denuncias de torturas realizadas. El juez Gómez Bermúdez intentó que los procesados no relataran los malos tratos sufridos durante la incomunicación argumentando que no se juzgaban en el procedimiento, pero al final todos dieron a conocer lo padecido en comisaría.
Torrealdai reveló que tras ser detenido por la Guardia Civil tuvo que recibir tratamiento sicológico durante un año y Otamendi detalló las vejaciones de índole sexual realizadas por los agentes que le custodiaron, además de la obligación de realizar ejercicios físicos hasta la extenuación. Uria también contó que le colocaron la bolsa en la cabeza una y otra vez hasta casi producirle la asfixia, que le pusieron una pistola en la cabeza y simularon un disparo, que le apuntaron con armas infrarrojas y que le golpearon con un listín telefónico.
Sin injerencias de nadie
Uria fue el primero en declarar y, tras recordar que ha trabajado en «Argia», «Egunkaria» y ahora en Hamaika Telebista, subrayó que su labor siempre se ha ceñido al ámbito cultural y del euskara, y que jamás ha pertenecido a formación política alguna.
Explicó que en la década de los 80 y, sobre todo, tras el nacimiento de ETB, la demanda de un diario en euskara aumentó en la sociedad vasca y que así surgió el grupo dinamizador, Egunkaria Sortzen. Al igual que Torrealdai y Auzmendi recalcaron en sus intervenciones, Uria destacó que ese grupo estaba integrado por unas 70 personas de diversas ideologías y que era «amplio y plural».
Una de las acusaciones contra «Egunkaria» es que ETA habría realizado los nombramientos de los cargos directivos. Uria negó tajantemente esa imputación y dijo que fue el fallecido Joxemi Zumalabe quien le propuso ser subdirector de «Egunkaria», labor que desempeñó durante varios años hasta ejercer de consejero delegado a partir de 1993.
El zarauztarra precisó también que fue el Consejo de Administración el que eligió a Otamendi como director del diario. El actual director de «Berria» aseguró que en los diez años en que dirigió el periódico en euskara actuó con absoluta libertad y que si hubiera tenido conocimiento de alguna propuesta de ETA para el cargo «no habría aceptado».
En este sentido, Torrealdai explicó que antes de elegir a Pello Zubiria como primer director se barajaron muchos nombres y que no hubo ninguna injerencia por parte de nadie para decantarse en este proceso.
El siguiente en declarar fue Oleaga, que explicó que efectuó la declaración policial después de que la Guardia Civil le asegurara que le dejarían «en paz» si contestaba a dos preguntas. Según indicó, querían que dijera que en 1993 estaba trabajando en «Egunkaria», por un lado, y que fue Uria el que le propuso como redactor jefe, por otro. Oleaga reveló que conoció después las razones de esas preguntas, ya que la acusación contra el diario clausurado está basado en unos documentos intervenidos a miembros de ETA y datados en marzo de ese año.
Sin embargo, señaló que en su vida laboral se puede comprobar que fue en 1995 cuando entró a trabajar en el diario euskaldun, una vez que dejó «Egin», y que asumió el puesto de redactor jefe en febrero de ese año.
La comparecencia de Otamendi se centró en explicar las razones por las que el diario clausurado ha publicado entrevistas a ETA, comunicados y zutabes de la organización armada. El tolosarra argumentó el «interés mediático» de esa información, recordó que esta práctica está validada en la jurisprudencia estatal y de otros países, y defendió el «secreto profesional» de los periodistas para no tener que revelar las gestiones.