El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, presentó ayer ante el Parlamento un equipo de Gobierno destinado a satisfacer tanto a las potencias extranjeras que ocupan en país y participa en la guerra contra los talibán como a las personalidades influyentes que le apoyaron. La Cámara debe aprobar cada uno de los nombramientos.

Tras una apertura de sesión agitada, en la que los diputados cuestionaron la legalidad del proceso, el vicepresidente, Mohamad Qasim Fahim, un ex señor de la guerra, anunció que los nombres de los 23 ministros designados se someterán a aprobación parlamentaria. El Gabinete contará con 25 ministros, pero los nombres de dos de ellos no se dieron a conocer.

Los ministros clave del Interior, Mohamad Hanif Armar, y de Defensa, Abdul Rahim Wardak, deberían conservar sus carteras, de la misma forma que los de Educación y de Salud, del gusto de Washington y Londres.

EEUU es el pilar de la coalición internacional que a fines de 2001 invadió el país para derrocar al régimen de los talibán. Sin embargo, los talibán han conseguido mantener el control de amplias zonas del país, pese a la presencia de más de 113.000 soldados de la Alianza, que pronto se elevarán a 148.000, tras los refuerzos anunciados por el presidente estadounidense, Barack Obama y otros países de la OTAN. Al igual que el Gobierno anterior, el equipo propuesto por Karzai cuenta con una sola mujer, Husn Banu Ghanzanfar, que se mantiene al frente de la cartera de Condición Femenina.

Pocas caras nuevas

De los 23 nombres desvelados ayer, once ministros continuarán en sus funciones, ocho participarán por primera vez en el Gobierno y cuatro son antiguos ministros que vuelven al Ejecutivo. «Hay pocas caras nuevas. Muchos ministros se han mantenido en sus funciones a petición de la comunidad internacional y principalmente de EEUU», explicó el analista político Wahid Mujda.

Tras la presentación de ayer, se prevé que las investiduras de los ministros -que se realizan de forma individual- se prolonguen durante varios días.