El partido disputado ayer en el estadio de Los Pajaritos de Soria se asemeja más a cualquier otro deporte que se practica sobre hielo que a uno de fútbol. La nieve que había caído los últimos días, la baja temperatura -antes del encuentro los termómetros marcaban seis grados bajo cero- y el hielo hicieron que los jugadores de ambos equipos bailasen y patinasen sobre el terreno de juego como si de un campeonato de baile artístico se tratase.

En esa competición el Numancia supo aprovechar sus bazas para convencer al jurado de que era el mejor en la disciplina, y se llevó una victoria que deja a los irundarras en zona de descenso y con unas Navidades demasiado tristonas.

La suerte del sorteo de campo justo antes del comienzo del encuentro, o quizás la estrategia clara del conjunto soriano, decantó los tres puntos para el bando local. Y es que un área se encontraba más helado que el otro debido al escaso trabajo de limpieza o porque una de las gradas del fondo daba sombra en el terreno de juego. ¿Quién sabe?

La cuestión es que el Numancia escogió el lado correcto en el primer tiempo para poner en apuros a los jugadores del Real Unión. Otermin, que se estrenó en la portería por primera vez esta temporada en Liga, apenas se podía mover dentro de su área. Cada paso que daba era un amago de resbalón.

Así, en el minuto 9 de partido, en la primera jugada clara de los numantinos, Mikel Álvaro aprovechaba un centro por la derecha de Dimas -que había recogido un rechace a disparo de Iñigo Vélez de Mendizabal que dio en el larguero- para marcar el único gol de la fría tarde.

Escasas ocasiones

Los sorianos se habían adelantado y tenían mucho hecho a su favor, pero ninguno de los dos equipos encontraba la manera de amoldarse al gélido suelo, por lo que comenzaron a dar pelotazos y trabar el juego.

El único que intentó lograr algo más positivo para el Unión fue Salcedo, una de las grandes novedades en el once inicial. El centrocampista tuvo en sus botas las dos únicas ocasiones de su equipo en la primera mitad gracias a sendos disparos desde fuera del área que Lafuente atrapó con algún que otro problema.

En la reanudación, la mínima ventaja de los sorianos en el marcador dejaba opciones y esperanzas a un Real Unión que tendría el área en peor estado -la del rival- a su favor para poner en aprietos al guardameta local.

Pero las ocasiones no llegaban. Incluso el Numancia dispuso de las dos primeras aproximaciones. El técnico txuribeltz, Iñaki Alonso, no lo veía nada claro y decidió sacar sus armas atacantes, Goikoetxea y Abasolo, que poco más pudieron hacer en la poco más de media hora que estuvieron en el terreno de juego.

La expulsión por doble tarjeta amarilla de Gurrutxaga en el minuto 60, además, puso más cuesta arriba el empate a un Unión incapaz de voltear el resultado a pesar de realizar varias acrobacias espectaculares, pero no era ni el deporte ni la disciplina adecuada.