Liga acb
Un gran arranque tirado a la basura
Los de Laso dejaron escapar 14 puntos de ventaja. La falta de rebote y el buen juego colectivo local condenó a los donostiarras.
Arnaitz GORRITI I
Cuando el primer cuarto termina con 14-28, lo más normal es que el equipo visitante intente administrar su ventaja y, por añadidura, se lleve el partido. Claro está que la lógica no es bienvenida en el baloncesto, pero a veces se da. No obstante, ayer no se dio; no se dio, ni de cerca, porque Lagun Aro Gipuzkoa Basket realizó un espectacular arranque de partido que después se encargó de tirar a la basura y traerse a casa una dolorosa derrota por 88-76.
El conjunto nazarí mostró ser un equipo compacto y peleón, y aunque empezó muy frío, supo reaccionar a costa de un Lagun Aro que se durmió en los laureles. Un vergonzante parcial de ¡36! a 17 dejaba el partido sin decidir, pero ya encarrilado para el cuadro entrenado por Trifón Poch: 50-45.
¿Qué pasó de un cuarto a otro? Pues que los locales se pusieron las pilas en defensa y, ante todo, supieron amarrar el rebote, en el que salvo Panko, Miralles y Barbour, ninguno de los jugadores donostiarras supo estar a la altura. Asimismo, la anotación nazarí no sólo se repartió en cuanto a hombres se refiere, sino también en cuanto a anotación. Si Gianella y Hunter mantenían el tipo durante la primera mitad, Ingles y Aguilar tomaban el relevo en la reanudación. Espectacular especialmente el joven ala-pívot procedente del Real Madrid. Si durante los 20 primeros minutos padeció al mejor Ignerski, en los 20 siguientes las tornas se cambiaron y anotaba 17 tantos mientras el polaco sólo sumaba uno a los 16 que anotaba en los dos primeros cuartos.
Barbour, demasiado solo
Antwain Barbour fue el máximo anotador del encuentro con 24 tantos, a lo que le sumó 5 rebotes y dos asistencias. Sin embargo, el escolta norteamericano no tuvo ningún acompañante en la anotación salvo Ignerski, que se atascó tras el descanso.
Las defensas se impusieron en el tercer cuarto, y todo quedó para el último cuarto. La jugada curiosa del día lo protagonizó Rai López, al estar a punto de encestar un triple lanzado desde su propia zona.
Fue en los últimos diez minutos cuando el Granada paró en seco a Barbour y volvió a apretar el acelerador mientras su ventaja aumentaba punto a punto hasta que en los últimos minutos ya no quedase opción para la remontada donostiarra. Y es que no se puede tirar a la basura un arranque tan bueno.