Aimar Olaizola volverá a disputar una final individual ante el ganador del Martínez de Irujo/ Gonzalez de estar tarde en Eibar, tras imponerse 22-18 a Oinatz Bengoetxea en un duro y vibrante partido disputado en el Labrit iruindarra. A pesar de que no es el mejor momento para una lucha mano a mano en todo el frontón, el de Goizueta y el de Leitza protagonizaron un duelo digno de cualquier competición oficial: duro, peloteado, con tantos brillantes y sin ninguna concesión, en el que Aimar Olaizola llegó más entero al tramo final, después de que Bengoetxea VI lo tuviera a su merced.

El partido disputado ayer en la bombonera iruindarra pasa por ser uno de los mejores ejemplos de lo que ha cambiado el manomanista en los últimos tiempos, con los dos pelotaris jugando desde el cinco y sin apenas jugar a bote. Quizá ahí radicó una de las claves. Aimar Olaizola fue más equilibrado en su juego, Oinatz quizá abusó de su magnífico sotamano, lo que hizo que el de Goizueta llegara más entero y fresco a la fase decisiva del choque.

También comenzó mejor Olaizola II el partido, lo que le permitió adelantarse 4-0, pero Oinatz Bengoetxea respondió con un sotamano que, además de un complemento a su magnífica defensa, se convirtió en una peligrosa arma.

Igualdad

Con su pelota, el vivo delantero de Leitza disfrutó de sus mejores minutos, consiguiendo bonitas rentas de tres tantos en el 6-9 y el 9-12, en las que abrió muchos huecos con buenos pelotazos y con milimétricos ganchos que levantaron al público.

Sin embargo, el buen juego del delantero navarro encontró réplica en un Aimar Olaizola que volvió a demostrar su dureza mental. Cuando tuvo que hacerlo, el campeón de Goizueta aceptó el cuerpo a cuerpo físico y acertando a cruzar la pelota y a alargar el frontón, consiguió atravesar el ecuador del partido con una renta que supo administrar hasta el final, pese al empeño de Oinatz Bengoetxea en vender cara su derrota.