DERBI EN SAN MAMÉS
El Athletic cierra el año acariciando Europa tras un derbi en rojiblanco
Dos goles en doce minutos sentenciaron el primer derbi de la temporada para un Athletic que pudo golear y que, a expensas de lo que haga hoy el Deportivo, puede acabar 2009 en posiciones europeas. El pagano fue Osasuna, que vio castigada su tristísima imagen con su segunda derrota consecutiva, aunque comerá las uvas mirando con mucha perspectiva la zona caliente de la clasificación.
Amaia U. LASAGABASTER I
El derbi de San Mamés sólo cumplió las expectativas por parte rojiblanca. En un encuentro atípico, Osasuna saltó al césped con las pulsaciones por los suelos y su timidísimo amago de reacción en la reanudación tampoco bastó para remontar un choque que quedó sentenciado en el primer tiempo.
No pudo encontrar el Athletic mejor manera de despedir un 2009 que ha ofrecido bastantes más satisfacciones que los años precedentes. Los tres puntos permiten olvidar el borrón del pasado miércoles y dan continuidad a su espléndida racha liguera, que se salda con una sola derrota en siete jornadas y que le permite acariciar Europa. O incluso saborearla: si el Deportivo cae esta noche, los rojiblancos se comerán las uvas en el sexto puesto.
Algo más abajo habrá que buscar a Osasuna, aunque a expensas de lo que suceda en el resto de la jornada, los rojillos podrán seguir mirando con cierta perspectiva la zona caliente de la clasificación. Si de sensaciones se trata, la cosa cambia. El cuadro navarro no lo hizo bien la semana pasada ante el Mallorca y lo hizo mucho peor anoche en San Mamés. Porque la cómoda victoria del Athletic tuvo mucho que ver con el buen juego de los bilbainos, pero también con la mala actuación de su rival. La intensidad que se le presupone a Osasuna brilló por su ausencia, lo que propició que la escuadra rojiblanca, que sí saltó muy puesta al campo, le pasase por encima durante los primeros 45 minutos.
Tuvo además el Athletic el santo de cara. No se había cumplido el primer minuto y Yeste ya rompía el partido al aprovechar un servicio de Llorente y empujar el balón al 1-0. Pero no sería justo concederle importancia excesiva a la fortuna. Osasuna se vio totalmente arrollado por un Athletic que apenas tuvo trabajo en su parcela y que penetró en la visitante cómo y cuando quiso. Llorente, una pesadilla para los centrales navarros, se inventó el segundo gol, al controlar el balón en la frontal y batir a Ricardo de disparo cruzado. Y no fue el único que sonrojó a la defensa visitante. Toquero, de nuevo Llorente, Javi Martínez, pero también los menos habituales Gurpegi o Iraola rozaron en numerosas ocasiones el tercero de la noche.
Sin señales de vida
Osasuna, mientras tanto, seguía sin dar señales de vida. En el minuto 19, Iraizoz controló sin problemas un chut lejano de Masoud a puerta. Fue la primera y única vez que Osasuna disparó entre los tres palos en toda la primera parte. El resto del tiempo se limitó a ver cómo los rojiblancos movían el balón de un lado a otro, sin la más mínima oposición, para plantarse en el área de manera continua.
El panorama cambió ligeramente tras el descanso, pero en ningún momento pareció peligrar la ventaja local. Para empezar, porque los vizcainos volvieron a hacer gala de esa solidez que han descubierto en los últimos tiempos para mantener los partidos tranquilitos. Y, además, porque la reacción de Osasuna fue tan tímida que se quedó en amago. Los navarros se hicieron con el balón, principalmente porque su anfitrión se lo cedió sin reparos; e incluso llegaron al área, pero la candidez de sus intentos fue tal, que ni siquiera cupo hablar de apuros para Iraizoz en un solo momento.
Sólo Portillo, que saltó en la segunda parte forzado a reivindicarse, puso cierta chispa, pero incluso cuesta tildar de oportunidades sus intentos.
Tampoco hubo muchas más señales de vida en las inmediaciones de Ricardo, ni siquiera tras la entrada del siempre esperado Iker Muniain -ayer cumplió 17 años-, pero al Athletic no le importó. La ventaja, la confianza que ha ganado en los últimos tiempos y la laxitud del rival le hacían sabedor de que la victoria se quedaba en Bilbo.
Feliz despidió el año Joaquín Caparrós, que consideraba que la clave del derbi no residió en la flojera de Osasuna, sino en el buen rendimiento del Athletic. «Osasuna lo estaba haciendo bien fuera de casa, pero hemos salido a apretarles, les hemos buscado los espacios, hemos tenido fortuna en el primer gol y luego hemos generado muchas ocasiones -explicó-. En el segundo hemos estado muy bien posicionados; no hemos generado ninguna ocasión, pero tampoco ellos nos han creado ningún peligro».
El técnico, que no quiso hablar de su posible renovación -«ahora no pienso más que en trabajar y lo otro ya vendrá», zanjó-, fue menos explícito a la hora de establecer posibles metas para el equipo, aunque sí destacó la ambición de éste. «Tenemos que ir partido a partido, pero con la ambición que está demostrando el equipo hasta ahora. Partido a partido, entrenando cada semana a tope para seguir creciendo colectivamente y cogiendo más confianza individualmente. Pero este equipo es ambicioso; lo que hemos logrado hasta ahora es porque los futbolistas tienen afán de superación», subrayó. A.U.L.
Aunque recordó que en la segunda parte el balón fue de Osasuna, José Antonio Camacho no puso excusas a la derrota de su equipo ante un rival que, sobre todo en el primer tiempo, «ha sido superior».
Tampoco concedió excesiva importancia a la reducción que ha sufrido el colchón respecto al descenso con los dos últimos tropiezos, pero sí lamentó que «cuando la situación es mejor parece que es cuando el equipo no sabe jugar. Parece que necesitamos presión, que nos estén empujando desde abajo y seguro que entonces mejoramos muy poquito».
El entrenador murciano, de todos modos, sí aprovechó los elogios al juego del Athletic para enviar un mensaje a sus propios jugadores sobre lo que espera de ellos. «Lo que me gusta del Athletic es la mentalidad que tienen. Saben que tienen que trabajar todos y sobre todo saben que tienen que defender todos y que en un momento determinado te pueden meter un gol. Nosotros quizá nos tendríamos que fijar más en eso y defender más porque sabes que en algún momento tu gol acaba llegando». A.U.L.
