FÚTBOL INTERNACIONAL I Mundial de Clubes
El Barça se reafirma como el mejor equipo del mundo
Los catalanes se convierten en el primer conjunto que gana todas las competiciones en un mismo año.
Álex SANTOS I
El Barcelona acaba de entrar con letras de oro en la historia del fútbol al cerrar el año 2009 con la actuación más espectacular jamás conseguida por un club, después de sumar su sexto título, con la consecución del Mundial de Clubes en Abu Dabi. Los Messi, Xavi, Puyol, Valdés e Iniesta (que no pudo jugar) han situado su fútbol y al Barcelona en el epicentro de interés mundial, junto al técnico, Josep Guardiola, un ganador nato desde que decidió sentarse en el banquillo azulgrana.
Lo que acaba de conseguir el Barcelona es único en la historia, pues, además de la Liga, la Copa, la Champions, la Supercopa doméstica y la Supercopa europea, cierra el año con el título del Mundial de Clubes, gracias a su victoria contra el Estudiantes de La Plata, al que derrotó en la final por 1-2, tras una prórroga y gracias a los goles de Pedro Rodríguez y Lionel Messi.
Si insuperable se presenta la marca del Barça, aún más sorprendente es el registro que ha establecido Josep Guardiola, un trotamundos después de que abandonara el Barcelona en 2001 (Brescia, Roma, Al-Ahli Doha y Dorados de Sinaloa) y que desde que decidió sentarse en el banquillo todo lo que toca lo convierte en oro. En su primer año, ganó la Liga de Tercera División con el Barça Atlètic y ascendió en la liguilla al filial a la Segunda B. Al año siguiente debutó con el primer equipo, justo cuando la entidad vivía una agitación social que llevó al club a una moción de censura impulsada por un numeroso grupo de socios que el presidente Joan Laporta salvó por los pelos.
En ese año de transición, de primer contacto con un vestuario de peso, a pesar de haber sido uno de los grandes capitales que ha tenido el Barça, Guardiola tuvo un arranque que hizo tragar a más de uno saliva por si la apuesta no era la correcta, pero rápidamente el Barça del nuevo técnico inició un ascenso meteórico, acompañado por un fútbol mejorado de las versiones del Barça de Johan Cruyff y Frank Rijkaard.
Esta combinación se tradujo en un Barça que encandilaba con su fútbol. El famoso gol de Iniesta al Chelsea en el descuento dio al club la clasificación para la final de Roma, y a partir de entonces comenzó el constante goteo de trofeos. Primero la Copa, después la Liga, y finalmente la Liga de Campeones. Durante el verano redondeó el año con las dos Supercopas.
Sólo faltaba la guinda del pastel, y el Barça pudo conquistar un título que hasta ahora se le había resistido tras perder la Copa Intercontinental tanto en 1992 como en 2006.