San Antonio en la Copa Asobal
Juanín y Saric rompen la resistencia antoniana
Guardiola, Malmagro y Agirrezabalaga sostuvieron a los navarros, que no claudicaron hasta el minuto final.
Arnaitz GORRITI I
Estuvo cerca, muy cerca, pero la Copa Asobal seguirá siendo territorio vedado al San Antonio. El conjunto iruindarra murió con las botas puestas, no se rindió nunca y en muchos momentos tuteó a un Barcelona que tuvo que exprimir sus inacabables recursos para salir victorioso.
Muchas fueron las claves del 28-32 final, pero hubo dos nombres propios que merecen ser destacados: por un lado, Juanín García Lorenzana; el pequeño extremo leonés del Barcelona firmó 9 goles en su enésima demostración de técnica y velocidad. Cuando las agarraba a la carrera, no había quien lo parase; cuando las tenía en posición, tampoco. Y eso que no lanzó desde los siete metros.
El guardameta Saric fue el otro nombre propio, con 13 paradas en el transcurso de la segunda mitad. La primera media hora dejó en evidencia que David Barrufet está en una clara cuesta abajo de su carrera. El eterno guardameta culé fue superado una y otra vez por los lanzadores navarros, sobre todo por el trío compuesto por Gedeón Guardiola, Alberto Agirrezabalaga y Christian Malmagro.
Sin embargo, la irrupción del meta balcánico supuso para el ataque antoniano, sobre todo durante la parte central de la segunda mitad, darse de bruces contra un muro de hormigón.
Con Agirrezabalaga fuera de combate momentáneamente tras un infortunado choque con un rival, y unos Guardiola y Jurkiewcz infrautilizados -el polaco sólo asomó en la última reacción a la desesperada de los de Villaldea-, meter goles se convirtió en misión imposible. Nikcevic vivía martirizado porque no lograba hacer blanco desde sus incursiones por el extremo derecho; Malmagro dejó de ver la portería como una piscina y los voluntariosos Mindegia y Ruesga, pese a contorsionarse a base de fintar, rectificados y lanzamientos de todo pelaje, chocaban una y otra vez ante los felinos movimientos de Saric. Si a eso se le añaden las esporádicas apariciones de Nagy, Rutenka o Iker Romero, la ecuación queda clara.
Orgullo antoniano
No obstante, nada se le puede reprochar al conjunto entrenado por Chechu Villaldea, que cayó con honores.
Sobre todo durante la primera media hora, los antonianos llevaron el manejo del marcador. Merced a una buena defensa y a un buen planteamiento táctico, siempre en busca de los jugadores de segunda línea -Guardiola y Agirrezabalaga las más de las veces-, los iruindarras pusieron en jaque el entramado culé. Los de Xavi Pascual endurecieron la defensa todo lo que pudieron, y sólo así lograron voltear el marcador a poco del descanso, pero con los antonianos siempre pegados a la espalda.
La segunda mitad tuvo dominio catalán hasta obtener una máxima renta de seis tantos: 23-29. El orgullo antoniano apretó el marcador, 27-29, pero no logró voltearlo.