«Gabón-soríon-chúak-isán», trece años después
No se trata de que Sanz y Jiménez sean muy fachas, porque también lo son los miembros de Euskararen Erakunde Publikoa y acaban de incrementar la ayuda al euskara. Se trata de que se sienten ganadores, impunes, sin oposición... Es una simple cuestión de correlación de fuerzas.
Ramón SOLA
Lo de arriba parece chino, pero no lo es. Se trata de la redacción del saludo en euskara incluida en la felicitación navideña de Miguel Sanz, y hecha llegar a los periodistas anteayer por error. Al parecer, uno de sus ayudantes quiso facilitarle la lectura y le recomendó que lo pronunciase así: «Gabón-soríon-chuák-isán eta nire desío hoberenák, urté berríra-ko». Tras trece años y medio en el cargo (o sea, más de 4.900 días), a Sanz todavía hay que explicarle cómo se entona un saludo tan elemental en la lengua propia de su territorio. Y como, por definición, resulta evidente que el presidente de una comunidad de más de medio millón de habitantes no puede ser un zoquete integral, hay que concluir que en realidad eso es lo que le importa el euskara: más o menos como el chino.
La anécdota toma rango de categoría si se miran los presupuestos diseñados para 2010. Son los últimos que Miguel Sanz ejecutará de principio a fin, ya que en primavera de 2011 dejará el cargo. Así que ya no necesita disimular. Los recortes al euskara son tan brutales que ni siquiera merecen tal nombre, y es más acertado hablar de supresión directa de todo tipo de partidas: fuera ayudas a medios de difusión euskaldunes, fuera ayudas a alumnos de euskaltegis, fuera ayudas a ikastolas, fuera concursos de euskal kantak, fuera cualquier reforma decente de la Ley del Vascuence... Tampoco hay dinero para captar ETB. La mejor fotografía actual de Nafarroa es la que ofrece la TDT después del apagón analógico. La cuestión no es sólo que entre un total de 28 canales emitiendo día y noche sólo exista un minuto al día en euskara (el del informativo de Telenavarra). Es que todo lo demás, todo, es en castellano. El inglés sólo resulta fundamental para el Gobierno en la educación, cuando se necesita combatir el aumento del modelo D.
El descaro con el que Sanz ha redactado estos presupuestos lleva consigo un mensaje indirecto muy agresivo para quienes pensaron y confiaron en que el euskara se impulsaría desde instituciones como éstas y despreciaron otras acumulaciones de fuerzas. Y así hemos llegado hasta la era de Miguel Sanz y de Roberto Jiménez. No se trata de que sean fachas, porque también lo son los miembros de Euskararen Erakunde Publikoa en los territorios vecinos del norte -Miguel Sanz no es más de derechas que Max Brisson- y acaban de incrementar las ayudas para política lingüística. Se trata de algo mucho más preocupante: se sienten ganadores, impunes, sin oposición. Tanto que no dudan en convertir a los euskaldunes en despreciables ciudadanos de segunda categoría que a veces hasta se conforman con oír a su presidente declamando de modo patético eso de gabón-soríon-chuák...