El programa Oinez Bizi es una iniciativa de Sanidad del Gobierno de Lakua con la colaboración de diversas sociedades científicas, que nació en 2006 para incrementar la actividad física de los pacientes que tenían algún riesgo cardiovascular en Atención Primaria. Se contó con la ayuda de podómetros con el fin de incentivar y objetivar el nivel de actividad física que realizaban los pacientes y, posteriormente, evaluar el incremento de pasos que conseguían. Casi 600 médicos y personal sanitario han participado en el programa, que está ya en fase de evaluación.

¿Qué historial de ejercicio físico suele presentar la gente que acude a consulta del médico?

Quiero aclarar que la actividad física no es algo exclusivamente para gente enferma; hay que huir de la medicalización de la actividad física. Una vez dicho esto, sí creo que la gente está cada vez más concienciada y tiene más información de aquello que es saludable. También tengo que decir que debemos desterrar, tanto los médicos como los pacientes, los comportamientos paternalistas. El papel nuestro debería ser, bajo mi criterio, el de informar, aconsejar y ayudar a modificar hábitos perjudiciales a las personas que nos lo demanden.

¿Y qué consejo les daría?

Que se ha observado en diversos estudios que aquellas personas que son activas viven más tiempo y con una mejor calidad de vida que las personas sedentarias. La actividad física es una muy buena medicina, que ha demostrado eficacia en la gran mayoría de los problemas de salud que observamos en nuestro medio, como la hipertensión arterial, la diabetes, el aumento del colesterol, la bronquitis crónica, la osteoporosis, recuperación de personas que han tenido un infarto... Y, no menos importante, para mejorar el humor y favorecer la socialización.

¿Quién sería una persona sedentaria?

Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta se considera sedentaria aquella persona que no acumule al menos 30 minutos de actividad física moderada 5 o más días a la semana o no realice tres o más sesiones a la semana de actividad física intensa, con una duración mínima de 30 minutos cada una.

¿Prescribir esa media hora de actividad física diaria es más complicado que recetar cualquier medicamento?

Yo creo que la actividad física debe prescribirse como cualquier tipo de pastilla o fármaco, explicándole al paciente el tipo de actividad que debe realizar, la frecuencia, la duración y la intensidad con la que debe hacerlo y siempre teniendo en cuenta los condicionantes personales de cada paciente.

¿Demasiado complicado hacer un plan de entrenamiento al paciente teniendo 10 minutos de consulta para cada uno?

Hombre, es muy importante conocer las características de los pacientes antes de hacerles un plan de ejercicio físico. Sí que es cierto que los médicos tienen poco tiempo en la consulta, pero como en Atención Primaria vemos fundamentalmente pacientes crónicos y a éstos los vemos en múltiples momentos, solemos aprovechar para insistir en la importancia de la realización de prácticas saludables

Esos 30 minutos diarios, ¿cómo hay que interpretarlos?

Estamos hablando de mínimos. Hacemos énfasis en que puede hacerse no todo seguido, sino en periodos de 10 ó 15 minutos hasta acumular los 30 minutos recomendados. También hay que decir que no hace falta ponerse un chándal e ir al polideportivo para mantenerse activo, que hay estrategias de lo que llamamos las actividades de la vida diaria: subir las escaleras, ir a pasear al perro, ir andando al trabajo, bajarse una parada antes del autobús...

¿Algún consejo para los «andarines»?

Ir a un ritmo que aumente ligeramente la frecuencia cardíaca y la sudoración para obtener beneficios cardiovasculares, pero siempre empezando de una forma progresiva y si es posible con amigos o familiares.

Y que nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio...

Un estudio danés publicado este año en el ``British Medical Journal'', con 2.200 personas de más de 50 años que aumentaron su grado de actividad física y fueron seguidos durante un largo periodo de tiempo, encontró que a los 10 años tenían una esperanza de vida similar a las personas activas desde un inicio. Muchas cosas que hacíamos con 20 años con 60 no seremos capaces de hacerlas, pero estos datos reforzarían la idea de que nunca es tarde.