La Filarmónica de Viena recibió a 2010 con «una declaración de amor»
El concierto de música clásica más mediático del mundo, el que ofrece en Año Nuevo la Filarmónica de Viena, supuso un triunfo para el veterano director de orquesta francés Georges Prêtre, quien, a sus 85 años, dirigía este evento por segunda vez. Retransmitidos a 72 países, los valses y polcas del clan de los Strauss saltaron también a internet.
GARA | VIENA
A sus 85 años de edad, Georges Prête, uno de los pocos directores no austríacos en llevar la batuta en el tradicional concierto consagrado al vals vienés de la familia Strauss -cuyo origen se remonta a 1939-, fue ovacionado durante tres largos minutos por el público y los músicos en la magnífica sala dorada del Musikverein, decorada con 30.000 flores traídas desde San Remo (noroeste de Italia). Televisado a 72 países, un nuevo récord, este evento fue seguido por casi 50 millones de espectadores, desde Albania hasta Uruguay pasando por Australia, China, Estados Unidos, la India, Japón y Rusia.
Como de costumbre, las entradas estaban agotadas desde hacía un año. Difundido por primera vez en alta definición (HD) y también en Internet (www. orf.at), el concierto de Año Nuevo disfrutó de otro «estreno»: los trajes del ballet creados por el diseñador italiano Valentino, quien se mantuvo fiel a su color fetiche, el rojo-escarlata. Y, para la edición 2010 del concierto, la Filarmónica contó con dos bailarines de excepción: la italiana Eleonora Abbagnato francés y Nicolas Le Riche, estrellas de la Ópera de París.
Para George Prête, visiblemente emocionado, este concierto supuso un reconocimiento a su larga asociación con la Filarmónica de Viena, a la que dirigió por primera vez en 1962: «Para mí es una excepcional relación de confianza que no se agota y que me permite transmitir a todo el mundo, a través de la música, un mensaje de amor y paz», declaró antes del concierto. Prêtre, quien ya en 2008 tomó la batuta en el recital de Año Nuevo, fue elegido por los propios músicos. Desde la creación de la Orquesta Filarmónica en 1842, son los propios músicos quienes administran su propia orquesta. Prête se convierte así en uno de los catorce en llevar la batuta en el exclusivo club del Neujahrskonzert, junto a los austríacos Josef Krips, Willy Boskovsky, Herbert von Karajan, Carlos Kleiber y Nikolaus Harnoncourt; el alemán Clemens Krauss; el estadounidense Lorin Maazel; los italianos Claudio Abbado y Riccardo Muti; el hindú Zubin Mehta; el japonés Seiji Ozawa; el letón Mariss Jansons y el israelo-argentino Daniel Barenboim. El 1 de enero de 2011, se supo ayer, será un director «de la generación más joven» quien se suba al podio: el también austríaco Franz Welser-Most, de 49 años y actual responsable de la Orquesta de Cleveland.
Novedades y palmas
Para la edición de 2010, Prêtre y la Filarmónica de Viena prepararon algunas novedades, entre las que destacó la apertura de «Las alegres comadres de Windsor», basada en la comedia homónima de William Shakespeare y que sirvió para rendir un homenaje a su autor, el compositor Otto Nicolai, fundador de la Filarmónica y de quien se celebra este año el 200 aniversario del nacimiento. Hubo también un guiño al país natal del director con la apertura de las «Hadas del Rin , de Jacques Offenbach, y a Dinamarca con «Champagne-Galopp», de Hans-Christian Lumbye, apodado «el Strauss nórdico». Este sirvió, además, para que Prêtre y los filarmónicos, con tarareo de la música y lanzamiento de confeti incluido, pusieran fin al programa oficial y felicitarán al público el 2010 al grito de «Prosit Neujahr».
Pero ningún año puede comenzar en Viena sin que suene el auténtico vals de valses. Los acordes de «El Danubio Azul» sonaron en el Musikverein mientras la televisión austríaca mostraba imágenes del recorrido del río desde su nacimiento en la Selva negra alemana hasta su llegada al Mar Negro. Y el último bis ofrecido por Prête fue la pegadiza «Marcha Radetzky», de Johann Strauss padre, durante la quese desdobló para dirigir a los músicos en sus compases y al entusiasmado público en las palmas, que se transformaron en un enardecido aplauso para agradecer al maestro francés una memorable fiesta.
Además de para mantener la tradición, el concierto es también una oportunidad para la Filarmónica para sanear sus finanzas con la lucrativa venta de un CD y un DVD (Decca). El CD estará en el mercado mundial de 7 de enero y el DVD, filmado por la televisión pública austríaca ORF, el 14.
¿Qué hay que hacer para seguir el concierto en vivo? No es fácil. La venta de entradas se realiza mediante un sorteo que se celebra cada año entre el 2 y el 23 de enero y en el que se puede participar en la página web de la Filarmónica (www.wienerphilharmoniker. at). Los afortunados cuya solicitud de localidades sea premiada podrán entonces abonar los entre 30 y 940 euros que cuesta recibir al año acompañando con palmas a la Filarmónica de Viena. Más económico (hasta 270 euros), pero también menos conocido, es el Concierto de Noche Vieja, que, con el mismo director y el mismo programa, se celebra la víspera. De todas formas, siempre queda la oportunidad de verlo en casa o comprarse el el CD o el DVD con el que la Filarmónica sanea anualmente sus cuentas.