Las contundentes palabras de Pérez Rubalcaba y las enigmáticas de Rodríguez Zapatero sobre una «estrategia» que no quiso desvelar han despertado la curiosidad y el afán analizador de muchos.

Ayer en «Periodista Digital», Antonio Pérez-Henares constataba que «el ministro más inteligente del Gobierno de Zapatero está haciendo cosas muy inusuales en su dilatada trayectoria política. Hace nada nos dejó perplejos con su pérdida de nervios en los pasillos del Parlamento (...). Ahora, cosa inaudita en un ministro del Interior, poco menos que nos anuncia un secuestro de ETA».

Según Pérez-Henares «relacionar ambas cosas puede ser perverso y maligno, cualidades que también le han sido frecuentemente atribuidas, pero sin duda la coincidencia de asuntos y de imprevistas reacciones nos obliga a la pregunta ¿Qué provoca los nervios de Alfredo Pérez Rubalcaba y qué motivo tiene para alarmarnos con negros presagios?». Ya empieza la intriga.

El columnista despeja la incógnita a la primera de cambio: «Para lo primero si creo tener respuesta. El `caso Faisan'. A Rubalcaba ese episodio es lo que le saca verdaderamente de quicio. Porque es un hecho que el chivatazo a los responsables del aparato de extorsión a ETA tuvo lugar. Que ese chivatazo fue realizado por la propia policía a es otra evidencia. Archivar de prisa y corriendo el caso -es lo que tiene la amistad de Garzón- sólo ha servido para que las sospechas crezcan y las ultimas revelaciones de la documentada Angeles Escrivá en «El Mundo» destapando que Gómez Benítez, enviado del Gobierno y ahora ascendido a vocal del Consejo del Poder Judicial llegó a exhibirlo como prueba de buena voluntad, en su afán de perseverar en aquel desdichado intento de negociar con ETA, suponen el colmo de la ignominia y del bochorno». Pero hay más.

Lo preocupante del caso, según Pérez Henares, es lo que sigue: «Que además, sea el interesadamente voluble juez Garzón el `guardián de la llave del calabozo' no es para tranquilizar a nadie. Y menos a quien vivió los días del GAL». O sea que lo que angustia a Rubalcaba es que Garzón le pueda meter una cornada. Y para despistar nos pone a todas en danza con sus avisos. ¿Será eso?