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Análisis | Evolución de los mercados

Final feliz para un año complicado en las bolsas

Los logros tienen mucho que ver con los planes de recuperación del mundo financiero y la economía. Con todo, la crisis no está resuelta y está por ver la reacción cuando termine el tiempo de los estímulos. El Estado español, con récord de paro, tendrá que vérselas con el elevado déficit público y el saneamiento del sector inmobiliario; el PIB no crecerá en 2010 y todo puede complicarse cuando el BCE cambie su política monetaria. En la primera fase de peligro los índices bursátiles se hundieron hasta mínimos de muchos años. Desde marzo el rebote ha permitido recuperar niveles anteriores a la quiebra de Lehman Brothers

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Alberto CASTRO

El inesperado final feliz en el año de las bolsas se explica sobre todo por los apoyos públicos al sistema financiero y al gasto en ciertos sectores, pero está por ver cómo se mantendrá en 2010 con el fin de estas medidas, con especiales riesgos en el Estado español.

Las bolsas han cerrado 2009 con fuertes subidas, cerca de sus máximos anuales, y después de haber sufrido una pesadilla, especialmente en el primer trimestre, cuando tocaban mÌnimos de muchos años y no ve veía luz al final del túnel. Las acciones de los gobiernos para salvar el sistema financiero y la leve mejoría de algunos datos macroeconómicos han traído un final feliz. El Ibex ha subido un 29,84%, y el CAC 40, un 22,32%.

Cuando se ha dado carpetazo al año, ya quedan en el recuerdo los malos momentos vividos en los tres primeros meses. En concreto, hasta el día 9 de marzo, cuando las bolsas parecían hundirse sin remisión ante un derrumbe económico no visto desde los años 30. Y es que, si miramos al retrovisor, se hace difícil entender la metamorfosis de los mercados. Se ha pasado del peor de los escenarios posibles, la crisis económica mundial y el desplome del sistema financiero, a una nueva fase de consolidación con avances en los datos macroeconómicos y los resultados empresariales. Y eso que, a día de hoy, el panorama no está claro y se ven todavía más nubarrones que cielo despejado.

Planes de recuperación

Los logros de 2009 tienen mucho que ver con los ambiciosos planes de recuperación del mundo financiero y la economía. Según los expertos, ha resultado fundamental el esfuerzo desplegado por la Administración Obama desde el mes de enero, cuando echaron a andar de forma efectiva los esfuerzos relacionados con el apuntalamiento de los grandes bancos y aseguradoras gracias a las generosas ayudas públicas. La extensión de los apoyos a los consumidores mediante programas de incentivación del gasto y otras medidas fiscales completaron el esquema salvador. Para este plan general de rescate se ha contado con dos bases fundamentales; de un lado, tipos de interés prácticamente inexistentes, ahora en la horquilla del 0% al 0,25%, y la emisión generosa de deuda pública para cubrir toda la financiación de esos programas.

El resultado, si miramos al PIB de EEUU -ha subido un 2,2% en el tercer trimestre-, parece darle la razón a la Administración Obama, ya que ha dejado atrás la recesión antes de finalizar el ejercicio. Así, el FMI le otorga para este año una subida del 1,5% en el PIB, frente a una contracción del 2,7% en 2009. Con todo, la crisis no está resuelta porque sigue amenazando el desempleo, ahora en el 10%. También está por ver la reacción de la economía y de los mismos mercados de renta variable cuando se dé por terminado el tiempo de los estímulos.

Estado español, peor

En Europa también ha sido vital el paraguas financiero de los estados. Gran Bretaña, Alemania, Estado francés y Holanda han intervenido mediante nacionalizaciones, ayudas públicas y otros instrumentos para salvar a entidades bancarias relevantes. Pero ahora, la situación económica apunta también hacia la mejoría, aunque con diferencias notables entre los estados. Por el momento, las últimas estadísticas dicen que Alemania y Francia están saliendo de la recesión. Para el conjunto de la eurozona, según el FMI, se pasará de un PIB negativo del 4,2% a uno positivo del 0,3% en 2010.

Una de las diferencias más acusadas frente a esta nueva etapa la proporciona el Estado español, que detenta el récord de desempleados con un 20%, y lo que es todavía peor, algunas proyecciones lo elevan hasta el 22% en este año. Además, deberá vérselas con el elevado déficit público -en noviembre alcanzó el 6,79% del PIB y la mayoría de las estimaciones lo eleva hasta el 10% en 2010- y el saneamiento del sector inmobiliario. Para remate, la rebaja de calificación crediticia sufrida en 2009 le obliga a mayores desembolsos a la hora de colocar la deuda.

Pero el cuadro macroeconómico es aún más preocupante si se sabe que el PIB, al menos para la mayoría de las previsiones, no crecerá en 2010. A este respecto se maneja una franja, siempre en negativo, que va del 0,6% al 1,1%. En el tercer trimestre de 2009 el descenso en términos interanuales era del 4%. Y todo podría ser más complicado cuando el BCE cambie su política monetaria. Por el momento, los tipos de interés se encuentran desde el 7 de mayo en el 1%, su mínimo histórico, y en las últimas intervenciones de los representantes del banco europeo se ha insinuado que seguirán así durante meses.

Bolsas, del cero al infinito

Es evidente que la lectura del año recién terminado en términos bursátiles y de beneficios es positiva, aunque nadie ha acertado con el pronóstico. Y menos después de haber vivido un año de calamidad, en el que todo apuntaba a una nueva crisis mundial larga y profunda que, felizmente, no ha terminado de fraguarse completamente. Ese empeño de evitar la solidificación de la debacle financiera -recordemos la bancarrota de Lehman Brothers y las ayudas públicas generalizadas al sistema- ha sido el acicate de los mercados desde marzo.

En esa primera fase de peligro, los índices se hundieron hasta mínimos de muchos años. En el caso del Ibex, ese tope se tocó el 9 marzo cuando alcanzó durante la sesión los 6.702.60 puntos. En el CAC 40, el soporte último intradiario se fijó en los 2.465 puntos. Desde ese momento, el Ibex ha saltado un 78,14%, y el CAC 40, un 59,66%.

El vertiginoso rebote de diez meses ha permitido a todos los índices recuperar niveles anteriores a la quiebra de Lehman Brothers. De los europeos, el Ibex, que sube un 29,84%, es el mejor, mientras que el Dax Xetra ha recuperado un 23,85%. Por su parte, el CAC 40 y el FTSE 100, que registraron los últimos cambios en las sesiones reducidas del 31 de diciembre, han ganado un 22,32% y un 22,07%, respectivamente. En Nueva York, tras la última jornada bajista de fin de año, el Nasdaq Composite se revaloriza un 43,89%, el Dow Jones, un 18,82%, y el S&P, un 23,45%.

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