El «centro okupado» Patio Maravillas, en el casco histórico de Madrid, fue desalojado ayer en una intervención de la Policía española que ha puesto fin a dos años y medio de actividad social y cultural en este espacio polivalente autogestionado. Un área de varias manzanas de casas estuvo acordonada durante más de tres horas por agentes de la Policía, que sólo permitieron el acceso a la zona a los residentes que lo acreditaban mostrando su DNI.

En una improvisada rueda de prensa realizada en la calle ante cientos de personas que se reunieron para denunciar el desalojo, Antonio García, portavoz del Patio, relató que la Policía aprovechó para entrar el momento en que salía una de las personas que habían pasado allí la noche.

Ante la posibilidad de que se produjera el desalojo del inmueble por una orden judicial y tras varios meses de negociaciones con el Ayuntamiento, el pasado 12 de noviembre los colectivos que gestionaban el Patio Maravillas se organizaron para que siempre hubiera alguien pernoctando en el edificio.

Según informó la agencia Efe, el portavoz del Patio aseguró que esos colectivos van a continuar la lucha contra la especulación y que «si no puede ser en este edificio, será en otro. Seguiremos buscando otros espacios -manifestó-, y el que quiera entender que entienda; seguiremos tomando lo que consideramos que es nuestro, lo que es de toda la ciudadanía».