Bajo la presión de EEUU y sus aliados europeos, el Gobierno de Yemen está intensificando sus operaciones contra la supuesta red que Al-Qaeda habría organizado en este país de la península Arábiga.

Ayer, la Policía anunció la detención de seis presuntos integrantes de esa red, entre ellos uno de sus jefes, Mohammad Ahmed al-Hana. Éste, a quien se acusa de estar involucrado en las amenazas contra la Embajada estadounidense en Sana'a, fue arrestado en un hospital de Raida (localidad ubicada a unos 80 kilómetros de la capital) junto a otros dos miembros de la célula que habrían resultado heridos el lunes al escapar de una operación policial.

Además, un alto responsable de los servicios de seguridad señaló a France-Presse que dos integrantes de Al-Qaeda se entregaron a las autoridades en la provincia de Marib y un tercero en Arhab. Según explicó, estas «rendiciones» son el resultado de «las presiones de las tribus» que controlan esas regiones.

Felicitaciones de EEUU

Tras haber sido cerrada el pasado domingo a raíz de la amenaza de atentados, la Embajada de EEUU abrió de nuevo sus puertas el martes felicitándose por las «operaciones antiterroristas» desarrolladas la víspera por el Gobierno yemení.

El martes, el ministro de Interior yemení aseguró que sus fuerzas «tienen cercados a todos los elementos de la red de Al-Qaeda en todos los lugares y todas las regiones donde ellos pueden encontrarse». «Perseguimos a estos individuos 24 horas al día y lanzamos operaciones contra sus guaridas diariamente», puntualizó.

Ese mismo día, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo referencia a la situación en este país árabe declarando que «allí hay problemas de seguridad a los que nosotros nos venimos enfrentando desde hace ya algún tiempo, como están haciendo nuestros socios yemeníes». La víspera, su secretaria de Estado, Hillary Clinton, utilizó un discurso más alarmista al estimar que «la inestabilidad» en Yemen amenazaba «la estabilidad regional e, incluso, mundial».