Sarkozy fracasa en su «operación panteón» y el debate sobre la identidad nacional se desborda
El 50 aniversario del fallecimiento de Albert Camus se ha cumplido, no así las expectativas de Sarkozy de encerrar en el Panteón el espíritu crítico del escritor. Ese fracaso personal tiene valor simbólico indiscutible cuando las cuentas del debate sobre la identidad no le salen al inquilino del Elíseo. Entre tanto, las naciones sin Estado alzan su voz para dejar cuenta de que hay una reparación histórica pendiente.
Maite UBIRIA
La familia de Albert Camus ha librado una batalla que ha alcanzado su cenit este 4 de enero. En esa fecha, al cumplirse el 50 aniversario del fallecimiento del escritor y filósofo, Sarkozy contaba con ofrecer una suerte de entierro de Estado al autor de «El extranjero». Una ceremonia a la altura de las necesidades políticas de un presidente que ha tratado, a su vez, de formatear, orientar y encerrar entre los muros un debate sobre la identidad nacional del que su moderador, el ministro Eric Besson, acaba de hacer un primer balance, por descontado exitoso.
El debate, que echó a andar en la red, pero bajo la batuta censora del Gobierno, se desarrolla ahora en salas semivacías y encuentros como el organizado en Baiona por el prefecto de Pirineos Atlánticos, Philipe Rey. Las mil invitaciones cursadas dieron como magro resultado un aforo inferior a 200 personas, y una media de edad que desmentía no sólo el interés general suscitado por la iniciativa sino sobre todo la potencialidad de futuro de un debate que ha pasado de ser banderola de enganche electoral para Sarkozy a convertirse en un serio lastre para la familia conservadora.
En las filas de la UMP no son pocos los cargos públicos que han tratado en estas últimas semanas de restar protagonismo a una iniciativa que los candidatos a las elecciones regionales de marzo sienten como inoportuna para sus aspiraciones más cercanas.
Sin embargo, el Elíseo ha acudido en otras tantas ocasiones al rescate del debate, en una suerte de obcecación por llevar hasta el final la promesa electoral que Sarkozy en persona relanzó con la carta remitida en marzo de 2009 a Eric Besson. Y al declinar, entre críticas cada día más generalizadas, el debate sobre «lo que significa hoy ser francés», el presidente volvía a la palestra, esta vez no ya con un correo interno para azuzar a un ministro, sino con un artículo de prensa en el que, por si quedaba alguna duda, vino a aclarar que la comunidad musulmana y su perturbante visibilidad es el sujeto principal de este debate.
El referéndum sobre los minaretes, en Suiza, sirvió al jefe del Estado francés para hacer llegar el consejo a los musulmanes de su país de que sólo podrán encontrar un cierto encaje en el paisaje francés siempre que no hagan ostentación pública de su condición.
Besson trataba de convencer, este lunes, en su balance parcial sobre la iniciativa de que el Islam y la inmigración no son los motores principales del debate que se clausurara en febrero. Sin embargo, el ministro era incapaz de enunciar otros leit motiv más convincentes. Y recurría al viejo argumento de atribuir a los medios de comunicación la responsabilidad mayor de su fracaso, al desnaturalizar una iniciativa que solamente ha encontrado un cierto eco en las filas del ultraderechista Frente Nacional.
Para compensar los crecientes derrapes del debate, desde los aparatos de comunicación oficiales se han difundido retratos y hasta obras sobre su visión de la República y el orgullo hacia su historia que profesa un político «mestizo» como Besson. Y en la historia, o en la visión reduccionista, y por tanto distorsionada, de la misma se encuentra la piedra de toque de un debate que ha rehuido la confrontación de ideas y que ha tratado de evitar por todos los medios la presencia de las voces que no se expresan en la única lengua oficial de la República.
La declinación antillana
Marcelin Nadeau, alcalde de Le Precheur y líder del partido Modenas reclama abiertamente «la declinación criolla» del debate sobre la identidad.
«Tenemos nuestra lengua, pero las colectividades territoriales que disponemos no pueden definir su desarrollo en nuestras escuelas ni tampoco tienen competencias para fijar lo que aprenden nuestros hijos», lamenta este político fuertemente implicado en la campaña hacia el referéndum de autonomía que se celebrará el 10 de enero tanto en Martinica como en Guayana.
Nadeau fija dos prioridades, «la gestión del territorio y la promoción del empleo» , para abordar «el debate real que interesa a los martiniqueses». Actualmente el desempleo alcanza al 30% de la población de la isla, donde «cada año se pierden mil hectáreas de tierras cultivables» en una degradación de recursos naturales ininterrumpida y a la que no es ajena la explotación turística y la especulación inmobiliaria.
Sin embargo, el alcalde antillano remarca la importancia de «abordar también la asignatura pendiente de la reparación» y como complemento imprescindible señala «la recuperación de la memoria».
Destaca el regidor martiniqués «la necesidad de apropiarnos de nuestra imagen» y hace votos por «contar con medios audiovisuales que nos permita salir de la sombra».
El portavoz de Modenas pone un ejemplo. La potente industria cinematográfica francesa, dotada de generosas ayudas públicas, no encontró motivos para financiar el proyecto del cineasta Guy Deslauriers sobre el llamado «Caso Aliker», en el que se abordaba la muerte violenta del periodista y militante comunista martiniqués en 1934. «Sólo la contribución de la colectividad territorial martiniquesa permito que viera la luz un film que versa sobre la cara más oscura del colonialismo», subraya Nadeau.
Francia se libero a través de Corsica
De gira en diciembre en Euskal Herria, los integrantes del grupo folk Canta u Populu Corsu hacían hincapié, a su vez, en la historia silenciada de las naciones que componen el Hexágono. Este grupo, creado en 1973 por Jean-Paul Poletti et Natale Luciani, ha hecho en su ultimo trabajo «Sparte» un esfuerzo por «rescatar del olvido a los resistentes corsos». Esos combatientes cuyos nombres apenas resuenan en las aulas de la isla mediterránea y cuyas hazañas no dan lugar a «alardes cinematográficos» ni tampoco a fastos como los organizados en el 60 aniversario en las playas de Normandía.
Y, sin embargo, los integrantes del grupo musical remarcan que «Corsica fue el primer departamento que se libró del yugo fascista por sus propios medios y lo hizo en setiembre de 1943, un año antes de que los aliados iniciaran en Provenza la liberación del territorio continental francés». En vísperas de la liberación de la isla de la ocupación italiana, el 30 de agosto era ejecutado el resistente corso Jean Nicoli. El olvido de este capítulo de la II Guerra Mundial es la continuación lógica de una sombra histórica que lleva a Francia a proclamar su maternidad sobre la primera declaración de derechos humanos y políticos y del texto constitucional que inspiró a los «padres fundadores» de los Estados Unidos... y que, sin embargo, se escribió, promulgó y aplicó por vez primera por el libertador Pasquale Paoli en Corsica.
La lista de agravios es extensa. De ahí que el portavoz del Parti Breton Emile Granville estime que «el concepto mismo del debate organizado por el Estado sobre la identidad nacional se revele como un instrumento de propaganda añadida al servicio de la asimilación». Para el adjunto al alcalde de Redon es una evidencia que «no corresponde al Estado sino a los ciudadanos construir las diferentes facetas que constituyen su identidad individual o colectiva».
En este sentido, Granville remarca que «los indicadores sociales nos muestran que las bretonas y los bretones se sienten cómodos en su identidad y no necesitan que nadie les diga desde arriba y mediante un debate formateado de antemano qué significa ser breton». Al tiempo remarca que la formación política a la que representa «aspira a una Bretaña abierta y plenamente integrada en Europa y en el mundo».
«Para nosotros está claro que a partir del momento en que Francia nos niega toda posibilidad de desarrollo no tenemos otra opción que plantear el debate en el contexto europeo», apostilla el teniente de alcalde de esta localidad costera bretona de algo menos de 10.000 habitantes y situada a 60 kilómetros de Rennes.
Granville resume el objetivo que persigue el partido nacionalista moderado al que representa en la siguiente frase: «Nuestro futuro pasa por ser reconocidos en tanto que ciudadanas y ciudadanos europeos de nacionalidad bretona».
Para los partidos que se agrupan en la Federación Regiones y Pueblos Solidarios la iniciativa impulsada por Sarkozy «ejerce de rodillo en favor de la uniformizad cultural y el centralismo que son los ingredientes que se ocultan en este debate sobre la identidad nacional».
Frente a esa propuesta, RPS defiende, en palabras de su portavoz Peire Costa, «un federalismo diferenciado que se funde en la reafirmaron de las diferencias históricas, culturales y lingüísticas de los territorios». En este sentido, la federación política que integran, entre otros, Eusko Alkartasuna, Abertzaleen Batasuna o Esquerra Republicana de Catalunya, remarca la obligación de no hurtar matices al debate identitario.
«Si miramos a Escocia o a Gales en el caso de Gran Bretaña o a Catalunya y Euskal Herria en el de España estamos obligados a reconocer que las nociones de nacionalidad y ciudadanía no están ligadas estrictamente», remarca la federación.
Sobre el debate moderado por Besson añade que supone «un asalto jacobino, que se orquesta desde la cima del Estado y que tiene como diana primera la diversidad emanada de la inmigración pero también las llamadas lenguas y culturas regionales».
En este sentido, RPS se hace eco de la presencia, los pasados 21 y 24 de octubre de 30.000 personas en las calles occitanas, bretonas y vascas para reclamar el reconocimiento de las lenguas que se hablan en estos territorios en un acto de ciudadanía «que crispa a un Estado que trata de reafirmarse a través de una visión unitaria de la identidad nacional francesa».
Los representantes de estas naciones ponen de manifiesto que el debate ha tenido la virtualidad de «poner en evidencia la urgente necesidad de arbitrar un nuevo modelo de relaciones políticas en Francia, basado en el respeto a la diversidad de identidades».
Hilaren 27tik eta 31ra bitartean Munduko Ekonomia Foroak urteko bilera ospatuko du Davos hirian. Joan den urtean Klaus Schwab, forum-eko sortzaileak, gonbita luzatu zion Frantziako presidenteari Suitzako bileran parte hartzeko. Azken 40 urtetan itzal handiko erakundeak Frantziako estatuburuaren irudia limurtu arren, inoiz ez du ukan. Sarkozy, ordea, Suitzako bidea hartzeko prest agertu da. Erabakia ez da nolanahikoa, urte hasieran ekonomiak pisu handia hartuko du Eliseoko lan kaieran. Urtarrilean zehar krisia gainditzeko egitasmo berriak aurkeztuko ditu Gobernuak. Enpresaburuekin bilerak lehenetsiko ditu Sarkozyk. Alta, Suitzako forumean «kapitalismoak bide ankerra hartzeko duen arriskuaz» mintzatu ostean soilik bilduko da frantziar presidentea langileen ordezkariekin. Bere garaian Jacques Chirac-ek mezua bidali zion Davos-eko klubari. Izan ere, bideokonferentzia baliatu zuen, elite ekonomikoen defendatzaileen ondoan buruz burukoa saihestuz. Oraingoan, erretreten sistema aldatzeko erreforma iragarri eta biharamunean, Nicolas Sarkozyk aurreko frantziar presidente guztiek baztertutako gonbidapena gogotsu hartu du. M.U.