La UE no ayudará a Grecia con sus problemas fiscales
El Gobierno de Grecia tiene hasta finales de mes para presentar a la Comisión Europea su plan para reducir el déficit público, que acabó 2009 por encima del 12%. Ayer, el miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) Jürgen Stark quiso dejar claro que la Unión Europea no se «sacudirá el bolsillo» para ayudar al país heleno. Una delegación comunitaria viajó ayer a Grecia para supervisar de primera mano su programa de reformas económicas.
GARA
El miembro alemán del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark, aseguró ayer que la Unión Europea (UE) no ayudará a Grecia a salir de sus problemas fiscales. En una entrevista concedida al diario italiano «Il Sole 24 Ore», Stark dijo que «quien cree que los países miembros de la UE al final se sacudirán el bolsillo para salvar a Grecia, se equivoca».
Estas palabras tuvieron efecto inmediato en los mercados, y tras la publicación de las declaraciones el euro bajó y se depreció hasta 1,4282 dólares, frente a los 1,4412 dólares del martes por la tarde, según una valoración del diario «Financial Times», aunque la moneda única recuperó posiciones más tarde.
El ministro de Finanzas griego, Giorgos Papaconstantinos, que el martes anunció que el Gobierno acelerará el programa para la recuperación económica del país y tratará de reducir el déficit público a menos del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en tres años, en vez de en cuatro, salió en respuesta a las palabras del alto mandatario del BCE, y consideró que sus comentarios habían sido «innecesarios», agregando que el Ejecutivo griego no necesita ayuda exterior para reducir su déficit presupuestario.
«No necesitamos esa aclaración. No esperamos ser rescatados por nadie. Está perfectamente claro que hacemos lo necesario para reducir el déficit y controlar la deuda pública», dijo Papaconstantinos.
Visita de la CE a Atenas
Este cruce de declaraciones se produjo el mismo día en que Una delegación de la Comisión Europea (CE) viajó a Atenas para supervisar el plan de reformas económicas de Grecia, cuyo déficit público rondó el 12,7% del PIB el año pasado, una cifra muy por encima del 3% permitido por el pacto de estabilidad de la UE.
El Gobierno heleno tiene hasta finales de enero para presentar a la Comisión Europea su plan a fin de que el Ejecutivo europeo les de su visto bueno dentro del procedimiento por déficit excesivo abierto contra el país, según ha informado en los últimos días la CE.
A este respecto, Grecia se había comprometido a enviar su plan a comienzos de mes, pero éste deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros, el próximo 15 de enero, y enviado al Parlamento nacional, el día 20, antes de que lo reciban los responsables de estudiarlo en la Comisión Europea.
Por su parte, la CE deberá preparar una recomendación sobre el plan, a fin de que ésta sea examinada por los ministros de Economía de los Veintisiete durante la reunión del Ecofin del 16 de febrero próximo.
Grecia atraviesa por una de las peores crisis económicas de las últimas décadas, agravada por la pérdida de credibilidad en los mercados extranjeros por su incapacidad para reducir el déficit y la deuda pública.
El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, que subió al poder hace dos meses, espera reducir los gastos públicos en un 10% y ha anunciado una política impositiva más severa, en un país en el que la economía sumergida supone el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) y donde se pierden unos 20.000 millones de euros anuales por evasión de impuestos.
Además, el Ejecutivo tiene previsto recortar a partir de 2011 las contrataciones de funcionarios en un 80% para reducir una administración pública que algunos analistas consideran sobredimensionada. Estas reformas, sin embargo, han chocado con la contestación de amplios sectores de la opinión pública.
Las declaraciones del miembro de la dirección del BCE Jürgen Stark hicieron que el euro se depreciara inmediatamente con respecto al dólar, aunque la moneda única recuperó posiciones más tarde.
El ministro griego de finanzas, Giorgos Papaconstantinos, salió al paso de las palabras de Stark y aseguró que Grecia «no espera ser rescatada por nadie». La polémica coincide con la visita de miembros de la CE a Atenas.
Bajo la atenta mirada de sus socios europeos, el Gobierno de Giorgos Papandreu pretende llevar a cabo un plan de ahorro al objeto de reducir el enorme déficit fiscal que arrastra. Un plan presupuestario que pretende lograr la complicidad de las instituciones comunitarias, pero que puede encontrar una gran respuesta en la sociedad griega. Y es que el Ejecutivo heleno, entre otras medidas, quiere obtener 2.500 millones de euros mediante privatizaciones, otros 500 millones a través de recortes del gasto público -hasta un 10%-, y otros 500 millones de una subida de impuestos sobre el tabaco y el alcohol, que podría llegar al 30%.
En este inicio de año algunos sectores afectados por estos planes ya han anunciado su oposición, después de que a finales de 2009 varias movilizaciones adelantaran lo que puede dar de sí este ejercicio.
Papandreu, por su parte, espera que la Comisión Europea le permita en 2010 llevar a cabo el 60% de los esfuerzos de recuperación mediante el aumento de ingresos del Estado (impuestos, frenar la evasión fiscal y la economía sumergida) y un 40% a través de recortes del gasto público. GARA