Segi recurrió a la venta de azucarillos, bonos o mecheros para autofinanciarse y sufragar a la izquierda abertzale», afirmaba ayer una agencia de información española, ensalzando ese gran descubrimiento con que la organización juvenil «recurrió a novedosos métodos de autofinanciación», refiriéndose al Gazte Topagunea que se llevó a cabo en Lezo en 2008 y que reunió a miles de jóvenes de Euskal Herria.

Según «los expertos en la lucha antiterrorista» a la que aludía la agencía de información, las FSE estarían sorprendidas porque «los miembros de Segi montaron un complejo aparato de «merchandising»», que consistiría en la venta de camisetas, CDs, mecheros y... ¡azucarillos! Aunque lo noticiable sería que los jóvenes independentistas que organizaron el Gazte Topagunea no hubieran llevado a cabo métodos de autofinanción para realizar uno de los mayores festivales que cada dos años vive el país, las FSE subrayan la venta de «bonos» como otro medio para financiar a la izquierda abertzale.

Planos del TAV para «kale borroka»

Bonos que afirman haber sido hallados durante el registro de una sociedad de Iurreta, que incluían fotografías de presos vascos, con la leyenda «Amnistía y Libertad».

Pero haciendo referencia al mismo registro, la misma agencia de información ya publicó el domingo que «Segi disponía de planos del TAV que la Guardia Civil sospecha que le fueron facilitados por ayuntamientos de ANV». Afirman que hallaron el trazado a su paso por Elorrio, Atxondo y Abadiño y que «podría servir para la programación de actos de kale borroka». De un tirón, criminalizan a Segi, a la lucha contra el macroproyecto y a municipios gobernados por la izquierda abertzale. Aducen que si Segi contaba con esos planos es porque defiende «la dinámica prioritaria puesta en marcha por la banda terrorista ETA». Lo único que faltaba añadir a la noticia era que el trazado del TAV es de conocimiento público.