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Carrera Internacional de la Gimnástica de Ulia

Chema Martínez incrementa su colección de txapelas guipuzcoanas

El fondista madrileño se impone en la edición octogenaria del Cross de Reyes tras superar al argentino Carriqueo, mientras el triple vencedor Landassem completa el podio en La Zurriola. La marroquí Malika Asahssah domina la prueba femenina con suficiencia.

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Miren SÁENZ

Chema Martínez le ha cogido gusto a correr en Euskal Herria. En octubre no pudo ganar el primer maratón nocturno de Bilbo, en noviembre fue segundo en la Behobia y ayer se convirtió en el vencedor de la 80ª edición del Cross de Reyes por delante de 41 atletas en lugar de los casi 15.000 que pasan por la Zurriola dos meses antes camino del Boulevard y volvió a sentirse arropado por una afición donostiarra que de tanta visita ha terminado por conocerle.

El madrileño debutó en la prueba internacional que organiza la Gimnástica de Ulia y emuló a su entrenador Antonio Serrano, campeón en 1991. A Martínez le gustan las populares multitudinarias, los campeonatos oficiales, pero también los crosses en apuros. «En los momentos jodidos los atletas tenemos que ayudar. No me importa rebajar mi caché por correr aquí o en Lasarte, que he oído que anda con problemas de presupuesto. La única vez que he competido en el Hipódromo fue como junior y nunca olvidaré aquellas tribunas», recordó el que fuera campeón europeo tras disfrutar de su triunfo.

El previsible duelo entre olímpicos no fue tal. Ayad Landassem, el triple vencedor de los años impares, convaleciente de una gripe, no pudo ejercer de adversario. El argentino Javier Carriqueo, tercero el pasado año, le quitó el puesto y se dedicó a espolear a Martínez, con el que habitualmente entrena.

El otro duelo

Mano a mano, a 6 grados de temperatura, bajo un cielo que comenzó a despejarse porque la lluvia respetó la jornada atlética con excepción del comienzo de la prueba senior masculina, Carriqueo y Martínez compartieron pelea junto al mar y sobre asfalto mojado. A 300 metros de la meta, mientras algún surfista descalzo atravesaba despistado la carrera, el madrileño abandonó a su compañero de fatigas que entró un segundo después.

Con su estética habitual, larguísimos manguitos y escotada camiseta que luego cambió gustoso por ropa de abrigo y la txapela, dijo: «Ya ni me la quito, me siento cómodo con ella. Por algo ya tengo seis», enumeró el de Nike en recuerdo de sus cuatro triunfos en la Behobia, uno en Oñati y el primero en Gros.

Malika Asahssah dominó la prueba femenina, con menos cantidad y calidad que la masculina. La marroquí no encontró rival en la decena de participantes. Instalada en Alicante desde hace 3 años, acredita una marca interesante en medio maratón (1.09:54). Mientras prepara su debut en el maratón de Marrakech, previsto para el último domingo de enero, aprovecha el tiempo. En Donostia sucedió en el palmarés a su compatriota Aicha Bani, que como Ainhoa Sanz se decantó por Zornotza.

Para Cristina Jordán fue inalcanzable, incapaz de responder a los cambios de la magrebí. La extremeña, elegida mejor promesa por la Federación Española, repitió segundo puesto. «El próximo año me toca ganar», adelantó esta estudiante de medicina. Los mejores vascos llegaron de Araba. Raquel Llamas (Beste Iruñea), a medio recuperar de un brote de colitis ulcerosa, se mostró por eso mismo encantada con su puesto. Gontzal Sanz (La Blanca) terminó quinto tras un buen papel.

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