Sabemos que el Premio Nobel de la Paz está desprestigiado; sin ir más lejos, se lo dieron a Kissinger, uno de los máximos responsables de la represión chilena en 1973 y valedor de Pinochet. En medio han estado personas que realmente se lo merecían, como Mandela. Pero el año pasado volvieron a pringarla concediéndoselo a Obama, actual señor de la guerra que puede dejar empequeñecido a Bush. Esperemos que este año se lo concedan a Aminatu Haidar, heroína, sin duda, de la resistencia civil pacífica.

Obama y sus secuaces -el Estado español sin ir más lejos- están intensificando la cruzada en Afganistán, mientras mantienen a Karzai como títere y se apoyan en verdaderos terroristas para «restablecer la paz». No sé a quienes pueden engañar, porque la guerra -aquella que empezó contra los talibanes con la represión, real, de las mujeres como excusa- no ha parado ni un momento. Las mujeres siguen igual de sojuzgadas, pero ya ni se las nombra. Sugiero la lectura de «La casa de los sentidos» de Nadeem Aslam para comprobar los métodos que gastan los EEUU y satélites en ese país -por supuesto extensivo a otros tantos- para comprobar las mentiras del Premio Nobel.

Las mismas con las que Sarkozy pretende camuflar sus intereses nacionalistas de una Francia unida con la nueva ley que propugna su partido. Ésta prohibirá que las mujeres musulmanas lleven la cara tapada. El proyecto de ley no alude expresamente ni al burka ni al niqab con que se visten las mujeres musulmanas para cubrir el rostro, pero es a ellas a quienes se refieren. La normativa apela a los derechos de la mujeres, otro señuelo más que «utiliza» un problema real de las mujeres pero que en realidad lo que pretende es velar por la seguridad e ir introduciendo mecanismos de segregación con la comunidad musulmana. No se atreven, todavía, con los minaretes como en Suiza, pero todo se andará. En el fondo, lo que subyace es un nacionalismo ramplón que niega los derechos de las minorías étnicas o nacionales -como es nuestro caso- y que ha quedado bien patente con la iniciativa de prestar juramento por los valores republicanos para reforzar la identidad nacional.

Mientras tanto, Zapatero, flamante presidente europeo por seis meses, y su testaferro Rubalcaba no se andan con chiquitas. El primero inaugura la presidencia con un proyecto de directiva sobre la Orden Europea de Protección de Víctimas de la Violencia de Género. ¡Qué bonito! El segundo se dedica a provocar a ETA y, con la connivencia de los jueces de la Audiencia Nacional, a torturar y encausar a cientos de jóvenes abertzales. Con esta acción represiva demuestran que están deseando que ETA actúe y la duda es, si ETA no actúa -ojalá, que ya es hora de parar-, lo van a hacer ellos en nombre de la organización.

Para parar los procesos judiciales en marcha y reivindicar los derechos civiles y políticos ha nacido una plataforma plural que el próximo 30 de enero presentará su iniciativa «Eskubide zibil eta politikoen aldeko adierazpena» en el Euskalduna de Bilbo. Allí nos vemos.