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Numerosos grupos armados reclaman una Cabinda independiente

El atentado del FLEC-MP contra la expedición de la selección de Togo que iba a participar en la Copa de África de Fútbol ha vuelto a colocar en los medios internacionales el conflicto de Cabinda, un enclave rico en petróleo donde varios grupos armados reclaman su independencia de Angola. Cabinda se encuentra separado físicamente del resto de Angola y está rodeado por Congo-Brazzaville y la República Democrática de Congo.

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El enclave angoleño de Cabinda, donde el viernes se registró un ataque mortal contra la selección togolesa que tenía previsto participar en la Copa de África de Fútbol [información sobre la competición en la página 32], acoge numerosos grupos independentistas debilitados por la masiva presencia militar angoleña, pero que siguen siendo capaces de realizar atentados.

Numerosos grupos armados, que reclamaban la marcha de los colonos portugueses, se formaron desde 1963 a partir del Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), que sigue siendo la referencia de los independentistas actualmente.

El enclave de Cabinda, una franja de tierra rica en petróleo (7.300 kilómetros cuadrados entre Congo-Brazzaville y la República Democrática de Congo y separada físicamente del resto de Angola) fue integrada administrativamente por los portugueses en su colonia en 1956.

De este modo, se convirtió en una de las provincias angoleñas con la independencia del país en 1975. El FLEC intentó la secesión con el apoyo del vecino Zaire (actualmente la República Democrática de Congo), pero el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), en el poder en Luanda, desplegó inmediatamente tropas.

En 2002, el fin de la guerra civil tras la independencia en el resto de Angola, permitió al victorioso MPLA desplegar más tropas en Cabinda, única provincia en la que se mantienen los combates.

El principal elemento de este conflicto es el petróleo. Cabinda supone el 60% de la producción petrolera de Angola, que en 2009 se convirtió en el primer exportador africano superando a Nigeria.

«Las Fuerzas Armadas angoleñas han vuelto a desplegar 30.000 soldados en Cabinda para acabar con la insurrección separatista», señalaba Human Rights Watch en un informe de 2009.

«Estos esfuerzos militares han supuesto la destrucción de las principales bases del FLEC y han debilitado considerablemente las capacidades militares de la guerrilla», añadía HRW, que denunciaba numerosas vulneraciones de los derechos humanos por parte del Ejército angoleño.

Cabinda cuenta con unos 300.000 habitantes.

El movimiento rebelde se disgregó con el paso de los años en múltiples facciones, como el FLEC-FAC (Fuerzas Armadas de Cabinda), liderado por Henrique N'Zita Tiago, y el FLEC-Renovada.

En 2003, Rodrigues Mingas creó el FLEC-Posición Militar (FLEC-PM), que reivindicó el ataque del viernes contra la selección de Togo.

Aunque en su momento actuaron como aliados en el marco del Fórum Cabindés para el Diálogo (FCD) con el objetivo de iniciar negociaciones con Luanda, el FLEC-Renovada y el FLEC-FAC se volvieron a separar en 2006 tras la firma de un acuerdo de paz con Angola por parte de Antonio Bento Bembe, líder del FLEC-Renovada.

El FLEC-FAC denunció al acuerdo y volvió a la lucha armada.

Actualmente, el FLEC-FAC y el FLEC-PM funcionan de manera autónoma en Cabinda, pero han formado conjuntamente un Gobierno cabindés en el exilio, según explicó a France Presse Mingas.

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