Los electores de Martinica (Antillas) y Guayana (Sudamérica) acudieron ayer a las urnas para pronunciarse en el referéndum sobre la autonomía en estos dos territorios colonizados por el Estado francés. Los electores -67.000 en Guayana y 297.000 en Martinica- estaban convocados para decir si deseaban que los actuales departamentos se conviertan en colectividades de Ultramar, con lo que podrían beneficiarse, con algunas condiciones, de una mayor autonomía.

A mitad de la jornada, la participación en Guayana fue ligeramente inferior a las presidenciales francesas de 2007, mientras que en Martinica era ligeramente superior.

La ministra francesa de Ultramar, Marie-Luce Penchard, aplaudió desde París la participación de los martiniqueses.

«La población se ha movilizado en Martinica. Si triunfa el `sí' habrá que preparar una ley orgánica para asegurar la transferencia de competencias en materia de vivienda, medio ambiente y fiscalidad», señaló Penchard.

Sesenta años después de haber accedido al estatus de departamentos, estos territorios acumulan problemas sociales, que las transferencias del Estado no han podido atajar. Así, padecen tasas de paro superiores al 20%.

Guadalupe

El referéndum de ayer no se celebró en Guadalupe, el otro departamento de las Antillas, ya que sus electos optaron por esperar a que las tensiones sociales se apacigüen.

Hace un año, una huelga general de 44 días desembocó en disturbios. El movimiento social que denunció la existencia de discriminación racial se extendió también a la vecina Martinica. Los habitantes de estas dos islas se quejan de la carestía de la vida y del mal reparto de la riqueza, que sigue controlado por los descendientes de los colonos franceses.

El sábado, el colectivo LKP reunió a unas 25.000 personas en una movilización contra la carestía de la vida en Pointe-à-Pitre.