Fuenlabrada 86

Lagun Aro Gipuzkoa Basket 70

El ex tenista y comentarista televisivo Andrés Gimeno hablaba del «miedo a ganar» cuando un jugador, de un instante a otro, justo cuando más cerca se hallaba del triunfo, empezaba a jugar cada vez peor y a cometer errores. Algo así le pasó ayer a Lagun Aro GBC. Con el choque bajo su control, se bloqueó y dejó que el Fuenlabrada, guiado por un sideral Fitch, volteara el marcador y regalara en bandeja de plata a su vecino Estudiantes la última plaza para la Copa.

Después de recuperarse del habitual arranque explosivo local, Lagun Aro GBC llegaba al descanso con ventaja: 34-38. La derrota de Unicaja en Gasteiz y la paliza de Estudiantes al Obradoiro -90-66 para los del Ramiro- dejaba la séptima plaza y el billete para la Copa a tiro para el equipo de Pablo Laso. Bastaba con ganar en Fuenlabrada con una ventaja mínima de dos puntos. Un mate de Doblas al inicio del tercer período ponía el 34-40; la cosa marchaba.

Parcial mortal

Pero todo cambió a partir de ese momento. Gerald Fitch comenzó a clavarlas de todos los colores, sin que nadie lograra pararlo. Asimismo, ninguno de los tres bases donostiarras acertaron a imponer el ritmo preciso y jugadores como Mainoldi, Burstein, Thomas o Tskitishvili también empezaron a ver aro. Laso ordenaba parar el juego con 49-40 en el luminoso.

Por desgracia, las cosas no mejoraron para los donostiarras. Sólo Rai López ponía algo de personalidad al juego guipuzcoano mientras que Panko, Doblas, Ignerski o Sergio Sánchez, literalmente, se escondían. Barbour trataba de emular a su amigo Fitch, pero sin ningún orden, y la aportación de Miralles o Hopkins no bastaba. Con esos mimbres, la victoria y la Copa se escurrieron por el desagüe.