La audiencia televisiva va camino de los minifundios, y probablemente mientras se instaura la TDT de manera universal, sea necesario empezar a pensar en una concentración parcelaria. Las fusiones no dejan de ser otra cosa que la suma de parcelas para tener mayor extensión donde sembrar y escapar del monocultivo que casi sin darse cuenta es lo que hacen las televisiones. Las propias concentraciones tienen sus espacios menos comprometidos en forma de otras moscas en la pantalla, de otras ofertas, de otros canales pertenecientes a la misma madre empresarial que sirven para airear el archivo, reponer el fondo de armario y hasta para buscar nuevas maneras, nuevos formatos, nuevas caras, futuros profesionales.

En La Siete ofrecen un noticiario simpático, ágil, dicharachero, muy selectivo en la jerarquía informativa que tiene una forma sencilla, pero penetrante. Es decir la presentadora sin mesa ni decorado, de pie, con un croma a las espaldas, dando paso a las noticias de manera muy dinámica. Y las noticias, muy dedicadas a asuntos sociales, con otro tratamiento, como buscando otro nicho de audiencias. Lo hace muy bien su presentadora titular y su sustituto le da todavía más aire de radio fórmula. Recuerda, salvando las distancias, el informativo de La 2. Seguiremos su evolución porque es de las pocas cosas frescas que nos ha proporcionado la irrupción de cadenas en los últimos tiempos televisivos.

«Punto pelota» es otro espacio televisivo relativamente nuevo, esta vez en Intereconomía que se dedica de manera borde a comentar el fútbol de la jornada. La noche de los domingos en competencia con «Estudio Estadio», nos encontramos con el estilo descalificador, imperioso, como si todos los participantes estuvieran abducidos por ese estilo tabernario de la cadena más cavernaria, faltona y agresiva. Todos a favor del Real Madrid por encima de todas las cosas y por el bien de España. Son de chiste. Los de La 2 siguen aburriéndose y aburriendo. No dan gritos, hay pocas discrepancias y disimulan su adscripción a los mandatos de Florentino pero son tan obvios y planos que nos duermen. Los dos programas utilizan las mismas imágenes. Globalización parcelaria.