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Obama: «No tengo intención alguna de enviar tropas a Yemen o Somalia»

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha asegurado públicamente que su Administración no planea, al menos de momento, entrar físicamente en nuevos o viejos avisperos como el yemení o el somalí. Todo apunta a que Washington insistirá en Yemen con sus bombardeos desde aviones no tripulados, una estrategia que viene utilizando profusamente en Pakistán pero de cuyos efectos alertan los expertos.
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Barack Obama ha asegurado que no entra entre los planes de la actual Administración estadounidense el envío de tropas a Yemen o a Somalia, pese a que considera a ambos países actuales bastiones de Al-Qaeda.

«No tengo intención alguna de enviar tropas para que pisen el suelo de aquellas regiones», asegura el presidente estadounidense en entrevista a «People» que la revista publicará el viernes pero de la que adelantó extractos a última hora del domingo. «No se puede excluir ninguna posibilidad en un mundo tan complejo como el actual», matiza Obama, para insistir en que «en países como Yemen o Somalia, creo que trabajar con nuestros aliados internacionales es, hasta nueva orden, la solución más eficaz».

Pese a destacar la grave situación que a ojos de EEUU se vive en Yemen y en Somalia, país este último donde, como reconoció Obama, «buena parte del país escapa al control del Gobierno», el inquilino de la Casa Blanca insiste en que «la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán sigue siendo el epicentro de Al-Qaeda y es ahí donde están sus dirigentes y sus aliados principales».

Alivio para el Pentágono

Comandante de las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, el general David Petraeus constataba, en entrevista a la CNN, que el régimen yemení no quiere tropas estadounidenses en su suelo y no ocultó su alivio. «Ciertamente es una buena noticia para nosotros», señaló, para añadir que EEUU ya suministra ayuda al régimen yemení.

Los rebeldes chiíes del norte de Yemen han acusado a EEUU de bombardear sus poblaciones en el marco de la guerra abierta que les ha declarado Sana'a.

El jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, almirante Michael Mullen, ha reconocido públicamente que EEUU suministran «cierta ayuda» a Yemen pero contra Al Qaeda.

Sana'a, que ayer reiteró su oposición a un despliegue de tropas estadounidenses en su suelo, sigue por su parte con su ofensiva contra la minoría chií del norte. La histórica localidad de Saada era escenario ayer de violentos combates que se saldaron con 17 chiíes y ocho soldados muertos.

Junto con la rebelión chií del norte, el régimen yemení afronta una revuelta secesionista en el sur -que reivindica su perdida independencia-, sin olvidar la pujanza del islamismo político -y su derivada de Al-Qaeda- en todo el país.

Ayer mismo, un líder islamista local, el jeque Abdelmajid Zendani, advirtió contra el intervencionismo estadounidense en su país y lo relacionó con los intentos de EEUU de proteger sus suministros petroleros de los regímenes del Golfo, vecinos de Yemen.

GUANTÁNAMO

Organizaciones de derechos humanos preparan protestas para denunciar hoy el octavo aniversario de la apertura del centro de detención de Guantánamo, que se inauguró el 11 de enero de 2002 con el traslado de los primeros 20 prisioneros.

afganistán

Seis soldados extranjeros murieron ayer en Afganistán. Tres estadounidenses murieron en combates en el sur. Un cuarto soldado aliado murió en atentado con bomba. La lista se completa con un suboficial francés, muerto en el nordeste de Kabul y un soldado galo que sucumbió ayer a sus heridas.

El efecto boomerang de los bombardeos sin piloto

Los expertos alertan de que la guerra por control remoto -con aviones no tripulados- que libra EEUU en Pakistán y que quiere extender a Yemen podría atizar la ira popular y alimentar a las organizaciones islamistas armadas contra las que oficialmente se justifican los bombardeos.

Esta estrategia indirecta, que EEUU sigue sin reconocer oficialmente, fue inaugurada en Afganistán en 2004 pero tuvo su verdadero bautismo de fuego en Pakistán en 2008. Desde agosto de aquel año se han censado más de 70 bombardeos con alrededor de un millar de víctimas mortales. La Administración Obama ha dado una vuelta de tuerca a esta opción militar.

Fuentes oficiosas alardean de que con ella han matado a 16 comandantes islamistas y al líder del Movimiento Talibán de Pakistán, Baitullah Mehsud.

Pero lejos de debilitar a esta organización, los bombardeos han sido un acicate para sus atentados suicidas, nunca tan numerosos como en los últimos meses, y para atizar el sentimiento antiestadounidense de la población, ya antes muy extendido.

Mientras las poblaciones tribales paquistaníes temen que el cielo caiga literalmente sobre sus cabezas y sus casas, los expertos alertan de que estos bombardeos no han inhibido a los yihadistas extranjeros, que siguen afluyendo a las zonas atacadas. Y, como señala un especialista paquistaní en las zonas tribales, Rahimullah Yusufzai, «EEUU incrementa sus ataques contra rebeldes locales que no son, de momento, una amenaza para Washington, pero que podrían llegar a serlo». Y, si no, al tiempo. GARA

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