La guerra abierta entre los galeristas estatales e Ifema en torno a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, Arco, parece tener un cierre conciliador. Aunque los responsables de las galerías se habían planteado no acudir a Arco este año, por las «injerencias» y el «chantaje» de su presidente ejecutivo, Luis Eduardo Cortés, finalmente ayer decidieron que sí que acudirán. Aun así, aseguraron que antes Ifema, la institución ferial donde se celebra Arco, tiene que cumplir una serie de «condiciones», entre ellas, que el comité asesor recupere su capacidad ejecutiva.

El enfrentamiento entre Ifema y los galerista se produjo cuando la institución ferial decidió incluir por su cuenta cuatro establecimientos que habían sido rechazados por el comité de galeristas: Victor i fills, Manuel Mayoral, Cayón y Manuel Barbier. Las declaraciones de Luis Eduardo Cortés, nuevo presidente del comité ejecutivo de Ifema, asegurando que Arco era de Ifema y no de los galeristas condujeron a tal una situación de tensión que se llegó a temer por el futuro de la feria.

Pese a todo, la decisión de seguir en Arco, una feria dirigida por la donostiarra Lourdes Fernández, se tomó en una asamblea general que se celebró ayer y en la que se reunieron más de 70 galeristas (de un total de 118 participantes en la edición número 28 que se celebrará del 17 al 21 de febrero). Fuentes cercanas a la negociación explicaron que, en la reunión, aprobaron «por unanimidad asistir a la feria, pero con condiciones». Los galeristas lo que buscan, en realidad, es recuperar la capacidad ejecutiva que la actual dirección de Ifema les había arrebatado tras la llegada de Luis Eduardo Cortés.