Comenzamos un nuevo año y esto puede ser una oportunidad de corregir errores y procurar nuevos propósitos y compromisos personales, familiares, sociales, culturales y por supuesto, compromisos políticos en y para el País Vasco. Desde la ciudadanía y sobre todo desde los políticos y sus respectivos partidos políticos. Así que, sin pecar de ingenua voy a sugerir y proponer algunas cuestiones, porque además de creer todavía en los milagros o de querer empezar el año siendo optimista, quiero y decido creer que todavía existen personas en el mundo inteligentes y humanas, y que se puede dar el caso de que una de estas personas por error esté dentro de la política o sea un político «raro, extraño y necesario»; de ésos que realmente quiere hacer algo por el bien de la humanidad, que además de inteligente, sea sensible, honesto y comprometido, algo muy difícil por no decir que imposible, pero que puede llegar a darse el caso.

No más ilegalizaciones, ni detenciones, ni tortura, no más dispersión de presos, no más cárceles obsoletas e inutiles, no más conculcación de derechos hacia ningún ciudadano, no más mentiras ni hipocresías con respecto a dudosa política, no más demagogias, no más corrupcción, no más adueñarse de nuestro dinero y nuestro trabajo, no más apoyos a las grandes sucursales bancarias y empresariales, no más fraude electoral, no más desfalcos, ni sobornos, ni chantajes, ni dinero mal utilizado, no más fábricas de armas, no más ventas de armas, no más guerras, no más miseria, no más inseguridad ciudadana, no más paro, desempleo y despidos, no más recortes a las ayudas sociales, no más leyes inhumanas de extanjería, no más jóvenes sin vivienda y trabajo, no más trabajo negro, no más mafias y narcotráfico, no más niños y jóvenes sin posibilidad de estudios, no más contaminación, etcétera. Podría seguir la lista, pero creo que con esto es más que suficiente para tener una idea clara de lo mucho que hay que solucionar y trabajar, por lo que no hay pretexto para que la gente se quede tranquila y los políticos se crucen de brazos, cuando están cobrando sueldos que no se merecen, puesto que no están solucionando problemas, sino todo lo contrario.

Cada uno debemos aportar desde nuestro ámbito de trabajo o de estudio lo que nos corresponda o lo que decidamos cada quien aportar, pero para ello necesitamos los apoyos adecuados y necesarios, por lo que otra sugerencia sería que los políticos no decidan lo que se deba hacer con nuestro dinero público, sino que sean los propios ciudadanos quienes demanden y decidan con válidos argumentos en qué invertir nuestro dinero.

Mis mejores deseos a todos los políticos de que sigan a pie de la letra lo de «año nuevo, vida nueva» y logren con inteligencia y justicia reconducir todo lo que hasta ahora están haciendo de forma negativa y mediocre, ya que aún hay esperanza de construir un mundo mejor y una nueva Euskal Herria, siempre y cuando el poder y el dinero ni les corrompa, ni acabe con su humanidad e inteligencia (quienes aún la tengan). Mis mejores deseos para Euskal Herria.