Las pérdidas acercan a la bancarrota a la principal aerolínea japonesa
Después de registrar tres años de pérdidas en los últimos cuatro ejercicios y acostumbrada a sobrevivir gracias a las inyecciones de capital público, Japan Airlines, un símbolo japonés en todo el mundo, parece abocada a la bancarrota. Un tercio de los trabajadores podrían perder sus puestos mientras los accionistas ya han salido huyendo.
Jairo MEJÍA
Japan Airlines (JAL), la primera aerolínea de Japón y una de las más importantes del mundo, se encuentra más cerca de la declaración de bancarrota después de que ayer los bancos apoyaran esa medida favorecida por el Gobierno del país asiático.
El aterrizaje forzoso de JAL, acuciada por las pérdidas, es visto por el Ejecutivo y los acreedores como la única salida a su abultada deuda y su excesivo tamaño en un sector aéreo que ya ha sufrido reajustes en Europa y Estados Unidos.
La aerolínea nipona deberá adaptarse a un plan de reflote que incluye la eliminación de más de un 10% de sus vuelos internacionales, recorte de un tercio de su plantilla y reducción de un 30% en los planes de pensiones de sus empleados.
La bancarrota, que podría anunciarse el martes 19, se convertiría en la sexta mayor de la historia de Japón, ya que el valor de su pasivo ronda los 1,5 billones de yenes (11.222 millones de euros), lo que sitúa esta quiebra a la altura de la reciente de Lehman Brothers Japan.
El fondo de inversiones paraestatal dedicado al reflote de empresas en riesgo, conocido como ETIC, ha perfilado un plan que contempla el recurso de la suspensión de pagos como condición para que se inyecten fondos públicos en la primera aerolínea asiática por ingresos sin que ésta deje de operar.
A este respeto, El ministro japonés de Transporte, Seiji Maehara, insistió ayer en que el Gobierno de su país hará todo lo posible para reestructurar JAL sin que se vea obligada a interrumpir sus operaciones.
El Partido Democrático (PD) de Hatoyama, que puso fin en setiembre a más de 50 años en el poder del conservador Partido Liberal Demócrata (PLD), apuesta por una bancarrota que contrasta con las tres inyecciones de capital aprobadas por los anteriores ejecutivos (en 2001, 2003 y 2009).
15.000 despidos
La reestructuración de JAL perjudicará primero a sus trabajadores por unos recortes de empleo que podrían superar los 15.000 despidos -un tercio de la plantilla- y la reducción de los planes de pensiones de 9.000 jubilados, que fue aprobada ayer por mayoría.
Los accionistas, por su parte, ya han comenzado la desbandada de la Bolsa, debido a la posibilidad de que deje de cotizar durante su proceso de reestructuración que podría alargarse hasta tres años. En la sesión de ayer JAL se vio obligada a paralizar su cotización en la Bolsa de Tokio por unas peticiones de ventas que abrumaron al índice e hicieron que la acción cayera un 45%, hasta los 37 yenes. Hace menos de cuatro meses se intercambiaba en torno a 180 yenes.
La caída en picado de JAL es también la de un símbolo japonés en todo el mundo, ya que su aerolínea de bandera tendrá que reducir su red de servicios en todo el planeta para no desaparecer bajo el peso de su gran estructura.
La compañía comenzó a volar como aerolínea privada en 1987 y en 2002 se convirtió, tras una fusión, en la sexta a nivel mundial, con una extensa red de agencias de viajes en todo el mundo y negocios turísticos que abarcan también los hoteleros. Durante este tiempo los sucesivos gobiernos han salvado a Japan Airlines con inyecciones de capital y ayudas que la han permitido operar bajo la tutela del Estado, a pesar de registrar tres años de pérdidas en los últimos cuatro ejercicios.
Al llegar al poder, Yukio Hatoyama apostó por continuar con esta política de apoyo casi incondicional a JAL, pero al final se impusieron las históricas pérdidas anuales de la compañía y el recelo de los bancos a seguir apoyando este esquema de financiación.
Ante la dimensión de los hechos y una crisis que no permite grandes dispendios presupuestarios, el Gobierno japonés ha decidido que la compañía aérea se reestructure por sí sola.
Ofertas estadounidenses
La situación llevó a dos grandes aerolíneas estadounidenses, American Airlines y Delta Airlines, a presentar senda ofertas para invertir en Japan Airlines y conseguir una ventajosa posición en Asia, mercado de gran potencia debido a unos viajeros con gran poder adquisitivo.
El ETIC, que ha diseñado el plan de reflote de JAL, espera sin embargo que la aerolínea nipona no recurra al capital extranjero y siga operando gracias al sacrificio de contribuyentes, acreedores, trabajadores y accionistas, que tienen sobre sus espaldas su futuro.