GARA > Idatzia > Iritzia> Txokotik

Ainara Lertxundi Periodista

2.000 mujeres doblemente presas

La «guerra» contra el burka o el niqab, el velo que únicamente permite ver los ojos, se está expandiendo en la Europa de las libertades y de los derechos civiles. La voz cantante la lleva el presidente francés Nicolas Sarkozy, que pronto verá cumplido su deseo de prohibir el uso de ambas prendas en el Estado francés. El Gobierno de la UMP piensa castigar con 750 euros a todas las mujeres que salgan así vestidas a la calle. Si tienen la mala suerte de tropezarse con un gendarme mientras están haciendo la compra, una gestión, charlando o, simplemente, sentadas en un banco de cualquier plaza deberán abonar esa cantidad si no... la segunda parte se sabrá cuando el Ejecutivo presente un día de estos el proyecto de ley, filtrado parcialmente.

El presidente ya dejó claro en junio que ni el burka ni el niqab «son bienvenidos en el territorio de la República». En un inusual discurso pronunciado en el Palacio de Versalles, afirmó que «el burka no es un signo religioso, sino de servidumbre, esclavitud y sometimiento. Es contrario a la idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer».

Al margen de las opiniones individuales sobre el significado de estas vestimentas, cabe preguntarse qué será de esas mujeres que, por propia voluntad u obligadas, no quieren mostrar su rostro en el ámbito público. Según datos oficiales, 2.000 las visten habitualmente en el Estado francés.

«Soy francesa. Mi familia es agnóstica. Yo, en cambio, decidí convertirme al Islam. Llevo el niqab porque quiero, no porque mi marido, musulmán, me lo exija, aunque prefiere que lo haga. He limitado las salidas de casa por las miradas de la gente. Si finalmente prohíben su uso, no podré salir», relataba una de estas mujeres a la cadena France 24.

De aprobarse la anunciada ley, su situación y, sobre todo, la de aquellas mujeres que efectivamente se ven sometidas al burka, al niqab y a las órdenes de otra persona, que nada tienen que ver con la religión, empeorará drásticamente. El tan manido discurdo de la «seguridad y libertad» sólo conseguirá que estas 2.000 mujeres se vean doblemente presas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo