Despedida de Txus Vidorreta
«Había que hacerse a un lado para provocar la unidad»
En una emotiva rueda de prensa, el ex técnico de Bilbao Basket estuvo arropado por la plana mayor del club bilbaino, que agradeció su trabajo y mantuvo «la puerta abierta» a un posible regreso.
Arnaitz GORRITI
La lluvia y el viento quedaron fuera de La Casilla, pero el aire de funeral calaba hasta los huesos allá por las 13.00. Txus Vidorreta no podía abandonar definitivamente la que había sido su casa los últimos nueve años de otra forma que no fuera sobre el parqué de la cancha que vio sus mayores logros, aunque la tesitura fuera bien distinta. Rodeado por la plana mayor de Bilbao Basket, el ex técnico de los hombres de negro, aquel que cogió un club recién renacido en la LEB 2 y consiguió llevarlo no sólo a la ACB sino a jugar competiciones europeas ponía punto final a su etapa.
Abrazos, agradecimientos por parte del presidente del club Xabier Jon Davalillo y de la Fundación Bilbao Basket Jon Arrinda, y «puertas abiertas» de cara al futuro.
Gorka Arrinda, máximo accionista del club bilbaino, confesaba estar «dolido» por tener que adoptar esta decisión, ya que dijo considerar al de Indautxu «de la familia». «De hecho, le tengo que buscar equipo», añadió. Arrinda, ratificó que la de Vidorreta ha sido «una salida pactada» y que si «Txus hubiese querido, hubiese seguido hasta el final». También ha asegurado que la primera opción de relevo en el banquillo que maneja es «quien ha dicho Txus», aunque no dio más pistas.
En la hora de su alocución Vidorreta se mostró emocionado pero elocuente; recalcó que «es hora de mirar adelante», aunque dejó constancia de que «me sobraban fuerzas para seguir adelante hasta el final, pero se estaba creando un debate sobre la figura del entrenador en los medios de comunicación y en una parte de la afición que no le venía bien al equipo en un momento en el que el entrenador debía estar fuerte y respaldado. Por tanto, he decidido hacerme a un lado para que vuelva a haber unidad en el equipo», señaló, a la par que admitía que «un nuevo entrenador traerá una bocanada de aire fresco».
El técnico de Indautxu, cuestionado al efecto se ratificó en el trabajo realizado. «Estoy muy satisfecho. Tal vez la urgencia de los resultados por las expectativas creadas provocó que se nos fueran algunos partidos con final igualado. Han sido muchos buenos momentos, como lo ascensos conseguidos, la fase final de Turín, el liderato y la campaña de hace dos temporadas... Por el contrario, el partido de Valladolid puede que haya sido mi peor momento».
Sobre su ya ex equipo se mostró convencido de que «se va a salvar», pero también de que «tendrá que sufrir». A este respecto, incidió en que los jugadores «deben ser conscientes de la situación y dar un paso adelante» para superarla.
A partir de ahora
Por otro lado, Vidorreta aseguro estar animado a continuar en los banquillos, sin contemplar de momento otros cometidos dentro del baloncesto.
«Tengo mucha ilusión en esta nueva etapa que inicio. Quiero seguir entrenando y no veo otras funciones a desarrollar en el basket en este momento de mi vida profesional. Me voy a tomar unos días libres con mi familia y enseguida viajaré a Estados Unidos para estar con Mike D'Antoni en los Knicks y acudir a ver el trabajo en tres universidades americanas. Luego veré partidos de Euroliga, del equipo y en verano trabajaré con George Karl. Así actualizaré conocimientos para volver al trabajo cuanto antes», comentó.
«No queremos un temporero, sino que buscamos un entrenador de continuidad», insistía Gorka Arrinda después de hacerse oficial la rescisión de contrato de Txus Vidorreta. Queda por llenar un vació muy grande en el banquillo vizcaino tras la salida del de Indautxu, que cierra su segundo capítulo al frente del banquillo bilbaino después de la amarga salida del Patronato Bilbao, que desapareció sin poder cristalizar el ascenso a la ACB obtenido en la cancha, con un joven Txus Vidorreta al frente.
En la despedida del de Indautxu, Arrinda dio otra pista. «Nuestro nuevo entrenador es aquel que nos ha propuesto Txus». De este modo, el club bilbaino busca cortar de raíz toda la rumorología disparada antes incluso de la salida por la puerta falsa -ahora engalanada- de Vidorreta. Desde Ricard Casas y Pepu Hernández, que negaron haber tenido contacto alguno con la entidad bilbaina, hasta el técnico de la selección rusa David Blatt -el americano-israelí debería renunciar al puesto de seleccionador para entrenar en ACB, según la exigencia de exclusividad impuesta por la propia liga-, pasando por el croata Repesa y un conocido de la afición de Euskal Herria: el mago de Otacec, Bozidar Maljkovic. A última hora también ha sonado el nombre de Fotis Katsikaris, ex del Pamesa Valencia.
Muchos y sólidos nombres para un delicado puesto. Delicado en dos vertientes: por un lado, porque Bilbao Basket es un club que precisa un revulsivo cuanto antes; delicado porque el técnico que venga, sea cual sea su nombre, difícilmente se conformará con salvar al conjunto vizcaino para despedirse con un `adiós, muy buenas', y tratará de guardarse las espaldas con un año adicional de contrato, importante premio para los tiempos que corren.
Asimismo, Arrinda recalcaba que el técnico deberá casar con «la filosofía del club y la ciudad». A bote pronto, sería Maljkovic quien mejor casaría con el puesto, pero aún resta para que se desvele ese secreto.A.G.