El sumario que ha incoado el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska contra Pello Olano es secreto, pero los de «El Mundo», que son más listos que los ratones colorados, ya saben que Olano guardaba misiles en un local municipal de Lizartza. Y la supuesta información les daba pie para escribir un editorial.

Según el escriba de Pedro J. Ramírez, «ésto pone de relieve la connivencia entre la banda y los ayuntamientos gobernados por sus simpatizantes, que no sólo financiaban las acciones terroristas sino que además ocultaban el material para cometerlas». O sea que, según «El Mundo», el Ayuntamiento de Lizartza compró misiles con cargo a las cuentas públicas. ¡Les falta decir que de la partida destinada a la Comisión de Fiestas!

Y a partir de ahí, todo viene rodado: «El Gobierno debe ahora intensificar la presión contra la izquierda abertzale, haciendo comprender a sus militantes que, o renuncian definitivamente a la violencia y condenan a ETA o jamás podrán volver a presentarse en unas elecciones. No caben las medias tintas, por lo que Otegi, Usabiaga y los suyos tendrán que elegir de qué lado -de las rejas- están». O sea que es Pedro J. quien decide a quién encarcelar y a quién no. La democracia de tócame Roque.

Y de «El Mundo» corro a «Libertad Digital» para encontrar una astracanada más burda si cabe. En la carrera del despropósito, el editorialista sentenciaba: «Evidentemente, no todos los concejales y alcaldes de ANV estarán rindiendo servicios a ETA de la misma envergadura que los de quien, como Olano, ha llegado a trasladar a los comandos un lanzamisiles para acabar con la vida de un ex presidente del Gobierno. Sin embargo, todos están en disposición de ejercer como enlaces o correos de la banda, transmitiéndole información y dinero y sirviéndola como portavoces de sus consignas». Y eso lo dice el editorialista y se queda tan ancho.

O sea, que todos los concejales abertzales son enlaces o correos de ETA. Ya lo dijimos la semana pasada: no es recomendable fumar porros antes de escribir.