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A sus 81 años, Tintín se embarca en nuevas aventuras en China

Tras años de ediciones piratas y de álbumes falsos, Tintín dispone por primera vez de una edición en mandarín fiel al original, un nuevo inicio en China para uno de los personajes de cómic más internacionalmente conocidos y también más controvertidos, ya que ha sido acusado de anticomunista e incluso racista. Las aventuras del reportero y su fiel foxterrier Milou han recorrido todo el globo y han perdurado a pesar de la lejanía de su primera aparición, en 1929.

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François BOUGON | PEKIN

«Me causaba placer traducirlo y me sentía rejuvenecer todos los días junto a Tintín», afirma Wang Bingdong. Este traductor de renombre, que descubrió las creaciones de Hergé en 2001 a los 66 años, ha puesto su saber hacer y tres años de su vida al servicio de 22 álbumes. Eso sí, «Tintín en el país de los Soviets», crítico con la URSS, continúa siendo considerado indeseable en un país todavía oficialmente comunista. De hecho, la serie de Hergé siempre ha recibido críticas por mostrar supuestamente una ideología colonialista y racista, e incluso se puso en duda el papel de Hergé durante la ocupación nazi de Bélgica, ya que se le acusaba de pronazi.

Algunas de sus aventuras se publicaron en China en los años 80 en pequeño formato (los llamaban «libritos»), pero hubo que esperar hasta 2001 para ver la primera edición completa. Se vendieron más de dos millones de álbumes, pero estaban lejos de la perfección, porque las traducciones se realizaron a partir de la versión en inglés. Esta versión también provocó algún que otro escándalo, cuando los dueños de los derechos denunciaron la transformación de «Tintín en el Tíbet» en «Tintín en el Tíbet de China».

Wang Bingdong se ha basado en el texto original e incluso trata con respeto los nombres de lugares y personajes: Dupont y Dupond se convierten en Dubang y Dupang. En castellano son Hernández y Fernández y en inglés, Thompson y Thomson. Las maldiciones que lanza el capitán Haddock también se han acomodado al «estilo chino». Para ello recibió la ayuda de un francés que vive en Pekín, Pierre Justo, de 44 años, uno de los mayores coleccionistas de versiones extranjeras de Tintín.

Los «tintinófilos» chinos han acogido con satisfacción el lanzamiento de la versión revisada. «Esta es la primera vez que se respeta el texto original. El traductor ha hecho grandes esfuerzos por mantenerse fiel» afirma entusiasmado uno de los líderes de la asociación china de fans de Tintín, Han Ziwen, de 36 años. «Descubrí Tintín en un `librito' de 1983; en aquella época, sólo se habían traducido unos pocos álbumes, pero cada vez que salían los esperaba con impaciencia. China se abrió al mundo y descubrí el mundo de Tintín», afirma.

La nueva edición -que ha salido tanto en pequeño como gran formato, con precios respectivos de 12 y 20 yuanes (1,2 y 2 euros)- vendrá acompañada por una importante campaña de promoción, que debería ayudar a dar a conocer mejor al periodista, nacido hace 81 años, en un país donde el manga japonés domina el mercado de los cómics. Como en 2001, la editorial tradicional de Tintín, la belga Casterman, se ha asociado con China Children's Press and Publication Group. «El editor chino se ha preocupado tanto por la calidad de impresión como por la traducción y el precio para garantizar su calidad, teniendo en cuenta, además, el inminente estreno de la película de Steven Spielberg sobre Tintín en 2011», dice Louis Delas, director general de Casterman.

Por otra parte, Tintín se «beneficia» del hecho de que dos de sus álbumes se desarrollan en China. En el primero, «El loto azul», Hergé tomó partido por los chinos frente a los invasores japoneses. «Los japoneses protestaron. Fue una decisión audaz», dice Wang Bingdong.

Una historia antigua y una clara influencia en Hergé

Tintín tiene una especial relación con China, el único país donde se sitúan dos de sus álbumes, y aunque su creador, Hergé (Georges Remi), nunca pisó suelo chino estaba profundamente influenciado por el país asiático. Con «Las aventuras de Tintín en el Lejano Oriente», rebautizado después como «Loto azul» -publicado primero en la revista infantil «El Pequeño XX», entre agosto de 1934 y octubre de 1935, y luego en formato de álbum en 1936-, Hergé se abrió a lo que él denominaba como su período «documental». Y rompió también con los clichés y los prejuicios racistas que se podían hallar en sus dos primeras aventuras, «Tintín en el país de los Soviets» y «Tintín en el Congo». Fue gracias a Tchang Tchong-Jen, un estudiante de Shanghai, nacido el mismo año que Hergé (1907) que estudiaba Bellas Artes en Bruselas. Éste le proporcionó mucha información sobre su país y caligrafió gran parte de los caracteres del álbum, que quedó muy influenciando por su estilo. «Un amigo chino me facilitó excelentes libros de texto de los que se utilizan en las escuelas de pintura en su país. He encontrado en ellos mi amor por el orden, un deseo de conciliar rigor y sencillez, armonía y movimiento, una especie de clasicismo», declaró Hergé en una entrevista a «Le Monde» en 1973. Hergé convirtió a Tchang en uno de los personajes principales del «Loto Azul». Tchang volvió a China en 1936, aunque murió en 1998 en el Estado francés, donde se exilió tras la Revolución cultural. No se reencontró con Hergé hasta 1981. En 1958, Hergé puso de nuevo en escena a su amigo en su segundo álbum chino, el famoso «Tintín en el Tíbet», publicado en 1960. El periodista va en busca de su amigo, perdido en las montañas del Himalaya tras un accidente de avión.

El dibujante belga nunca viajó a China continental, aunque sí estuvo en Taiwán en 1973, aceptando 34 años más tarde una invitación del gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek. La hija de Tchang Tchong-Jen, Yifei Tchang, se encarga de los derechos de autor de Tintín para la editorial Moulinsart SA.GARA

AL CINE

Spielberg ultima, junto a Peter Jackson, la primera entrega cinematográfica de la trilogía sobre el personaje. Se llamará «Las Aventuras de Tintín: el secreto del unicornio» y será una adaptación de dos álbumes de Hergé: «El secreto del unicornio» y «El cangrejo de las pinzas de oro».

POLÉMICA

Tintín no ha escapado de la polémica desde los primeros álbumes, en los que encuentran mensajes anticomunistas y colonialistas. Según algunos investigadores, su autor, Hergé, fue profascista durante la ocupación de Bélgica. El año pasado saltaba de nuevo el escándalo: un columnista del «Times» afirmaba que Tintín es homosexual.

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