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Con la crisis llega el recorte de las dietas en el trabajo

«Up in the Air»

El tercer largometraje de Jason Reitman ha supuesto su consagración ante la crítica, pero es un apoyo que no se ha visto del todo reflejado en los Globos de Oro, donde «Up in the Air» ha convertido en premio solamente una de las seis nominaciones, la de Mejor Guión Adaptado. En cambio, el gran trabajo interpretativo de George Clooney no ha tenido recompensa.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

«Up in the Air» partía como una de las máximas favoritas en la carrera por los Óscar pero, parafraseando el título, se puede decir que ha perdido gas en su vuelo hacia lo más alto. El reparto de premios en los Globos de Oro no le ha sido muy favorable, ya que contaba con seis nominaciones importantes, entre las que se encontraban la de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor Principal. Y de todas ellas, al final se ha tenido que conformar únicamente con el Globo de Oro al Mejor Guión Adaptado.

La estatuilla obtenida es un premio envenenado que provoca sensaciones amargas, debido a que el del guión ha sido el apartado más conflictivo a lo largo de la producción de «Up in the Air». El problema está en que esa criatura tiene dos padres enfrentados entre sí desde el principio, pero que ahora han tenido que arrinconar sus diferencias para recoger el galardón juntos y salir sonrientes en las fotos.

Jason Reitman comenzó a escribir la adaptación de la novela original de Walter Kirn para dirigirla personalmente, pero antes, el guionista Sheldon Turner había desarrollado un borrador por encargo de un gran estudio. A Reitman no le quedó otro remedio que utilizar ese material previo, aunque Turner exigió figurar en los créditos como coguionista. El arreglo se produjo y ambos comparten el cartel de la película, a pesar de que, cada uno por su lado, se declara autor del guión.

Con el aval de la crítica

La antesala en la temporada de premios norteamericana suelen ser los que otorgan las distintas asociaciones profesionales del cine y las de la crítica especializada, y que a finales del 2009 habían colocado a «Up in the Air» en una posición ventajosa. Queda por saber si durante el comienzo del 2010 la película será capaz de aguantar el tirón y las expectativas iniciales se cumplen, al menos en parte. Los críticos se han rendido ante esta comedia dramática, a la que han situado en la mejor tradición de Billy Wilder o Preston Sturges, en cuanto que es una comedia de desarrollo optimista que acaba dejando un regusto amargo en su conclusión.

Sin embargo, las buenas calificaciones de la crítica no siempre se traducen en premios, ya que el negocio de Hollywood maneja otros muchos factores al margen de la calidad cinematográfica. Hay articulistas que han dejado traslucir la impresión de que dentro de la industria norteamericana del cine no gusta tanto una película que habla de los sinsabores provocados por la crisis económica.

Luego está el dilema particular representado por George Clooney, que ha recibido tantos o más halagos por parte de la crítica que el propio director y guionista Jason Reitman. Hasta se ha llegado a decir que es el mejor papel de su carrera, aquel en el que demuestra una mayor madurez y dominio de la actuación. Y, pese a todo ello, en estos momentos no se apuesta por él para ganar el Óscar. Un derrotismo que no debe desmerecer tan brillante interpretación, puesto que Clooney se ha encontrado con un papel pensado para él, dado que refleja al hombre actual, esa clase de cínico triunfador que, a cambio de su éxito, ha de pagar el precio de la soledad y de la falta de verdadera conexión humana.

De aeropuerto en aeropuerto

Jason Reitman consigue en su tercer largometraje desentrañar el estilo de vida moderno individualista y desapegado, después de una ópera prima tan satírica con respecto al mundo capitalista como «Gracias por fumar» y una visión tan atenta de las adolescentes de hoy en día como «Juno». Una trayectoria que le sitúa a la cabeza de los observadores sociales a los que hay que tener en cuenta, además de lo que supone la superación a nivel creativo de lo realizado por su padre Ivan Reitman, quien ahora se dedica enteramente ya a la producción.

«Up in the Air» refleja el espíritu nómada de una gran parte de la población de los EEUU, país en el que es muy común cambiar constantemente de ciudad y de trabajo. Tanto es así que el establecerse en un sitio se identifica con el fracaso y la falta de oportunidades, mientras que el comportamiento itinerante vendría a demostrar que uno está en activo y progresando.

El personaje encarnado por George Clooney es el caso extremo en tales hábitos, al tratarse de alguien que no tiene un domicilio fijo y se pasa todo el año viajando. Desconoce, por tanto, el concepto de hogar. Vive de aeropuerto en aeropuerto, siempre arrastrando una maleta con justo lo necesario. Pero a nuestro viajante también le acaba afectando la crisis, dado que las empresas se han visto obligadas a recortar las dietas de sus empleados. Lo malo es que el protagonista de «Up in the Air» ya se había hecho a su oficina rodante y se resiste a abandonarla, sobre todo justo cuando está a punto de batir sus récords de kilometraje y va a recibir bonos regalo de las compañías aéreas y de transporte por su fidelidad como cliente habitual.

Es en medio de esa encrucijada cuando comprende lo prescindible del elemento humano, pues el destino quiere que se convierta en el cazador cazado. Tras tantos años haciendo el trabajo sucio del departamento de recursos humanos de las empresas que contratan sus servicios, dedicado a despedir a la gente del modo menos traumático posible, toda esa sicología barata se vuelve contra él, porque es su puesto el que ahora peligra. Una recién llegada, una joven ejecutiva interpretada por Anna Kendrick, aplica las nuevas tecnologías al despido, por lo que ya no serán necesarios los desplazamientos para comunicar personalmente a los empleados el cese en cuestión. Simplemente, en el futuro se lo comunicarán por videoconferencia.

El shock que sufre este hombre es equiparable a la situación paradójica que se suele dar cuando alguien que no ha tenido nunca vacaciones las coge y enferma. Es como una bicicleta de piñón fijo en la que no se puede parar de pedalear, porque si se deja de dar pedales ya no anda. La soledad, en cambio, no supone tanto problema. En las esperas de los vuelos se conoce a mucha gente, e incluso nuestro protagonista encuentra a su alma gemela en otra ejecutiva en marcha, a la que presta su imagen atractiva Vera Farmiga. Claro que debe ser complicado formar una pareja, cada vez que los destinos de ambos no coinciden. La pregunta que queda en el aire, nunca mejor dicho, es la de hasta qué punto son suficientes breves y ocasionales encuentros en lugares nada íntimos para mantener una relación sentimental.

Son dudas asociadas a la realidad cambiante de un mundo globalizado en el que la estabilidad es imposible de conseguir, y en el que las personas no disponen de espacios íntimos donde desarrollar una comunicación sincera y fluida con los demás. «Up in the Air» nos descubre unas vivencias que se están dando cada vez más, aunque a los que sentimos apego por nuestras raíces nos resulten, por suerte, alejadas.

Estreno

Dirección: Jason Reitman.

Guión: Jason Reitman y Sheldon Turner, sobre la novela deWalter Kirn.

Intérpretes: George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick.

Fotografía: Eric Steelberg.

Música: Rolfe Kent

País: EE.UU.; 2009.

Duración: 109 minutos.

Género: Comedia dramática.

El exceso de popularidad perjudica a George Clooney

George Clooney lo tiene difícil para ganar el Óscar porque hace demasiada publicidad y siempre está en la prensa rosa. Es algo que le perjudica profesionalmente, y es que sus ruedas de prensa en los festivales de cine se estaban convirtiendo ya en un circo, motivo por el que ha decidido no comparecer más ante la prensa en las presentaciones oficiales de sus películas. Las y los periodistas no parecen capaces de hacerle una pregunta sin declararle su amor en medio de un ataque de histeria o quitarse alguna prenda intima para entregársela. Es injusto que él tenga que pagar por la poca profesionalidad de otros.Mikel INSAUSTI

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