El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que saldrá a exposición pública rompe con las directrices del anterior, diseñado por el PNV en el mandato en que la izquierda abertzale fue expulsada del Consistorio. En aquel documento se apostaba por la masificación, llenando Elorrio de urbanizaciones y chalés adosados, amén de la creación de nuevos polígonos industriales. La izquierda independentista asegura que «aquel plan impulsaba un desarrollismo salvaje y ello hubiera acabado con el encanto, con la semblanza y con la personalidad de nuestro pueblo».

Fue un compromiso adquirido ante los comicios locales de 2007: elaborar un documento consensuado que tuviese muy en cuenta las propuestas y aportaciones efectuadas en el proceso Denon Artean, y que pudiera ofrecer a Elorrio un plan urbanístico realizable. «Que lo que se estableciera en ese Plan, en planos y papeles, fuese posible hacerlo realidad. Porque diseñar y, sobre todo, llevar a cabo un buen PGOU, es asegurar una calidad de vida digna para los y las vecinas de Elorrio», argumentan.

De ahí que, en el diagnóstico de partida se descartase la edificación de 1.200 viviendas y destinar 25 hectáreas para suelo industrial. «Ha sido un proceso duro, largo y muy áspero -confiesan-, pero el esfuerzo ha merecido la pena. La recompensa es un plan que soluciona problemas y carencias que tenía, que tiene Elorrio».

En 2008 fue cuando el Consistorio puso en marcha Denon Artean, un proceso participativo impulsado por los representantes independentistas en esta localidad, como lo han hecho en otros lugares donde gobiernan. Se crearon cinco mesas de trabajo sobre medio ambiente, sector rural, movilidad, modelo de ciudad y equipamientos. En esos foros, recuerdan, participó un centenar de vecinos que aportaron propuestas que cristalizaron en un documento de conclusiones.

Con este material, el equipo redactor ha elaborado el Plan, en el que tratan de plasmarse aquellas directrices. «Algunas de las aportaciones no eran competencia del PGOU. Eran temas que competen al Plan Territorial Parcial de Durangaldea, diseñado por la Diputación, que es el que marca las obligaciones y limitaciones de un pueblo. Sin embargo -aclaran-, las ideas planteadas nos daban una clara imagen de cómo ven los y las elorriarras su pueblo y cómo nos gustaría verlo el día de mañana».

El PGOU propone ahora un número de viviendas más ajustado y acorde a la realidad de esta localidad -430 pisos nuevos, el 70% de VPO- y suelo para mantener la actividad industrial y mejorarla. Respecto a este apartado, manifiestan que «la crisis está acarreando terribles consecuencias en las industrias elorriarras y, precisamente por ello, pensamos que hay que activar iniciativas que puedan garantizar una actividad industrial en el futuro. No sabemos qué va a pasar con nuestras fundiciones, pero lo que sí sabemos es que no podemos quedarnos mirando hacia atrás».

En el ámbito de la vivienda, se apuesta por nuevas edificaciones para «rellenar» los huecos sin urbanizar que existen en pleno casco urbano y evitar que crezca desperdigado y hacia afuera. «Hay que hacer un pueblo que en lo posible no utilice el coche y que el tráfico rodado sea lo mas fluido y respetuoso con quienes aquí vivimos», defienden.

Las futuras construcciones se repartirán en cinco zonas. Una será Montorra, al otro lado del río, en la calle Erreka, donde se edificarán 140 pisos. Es un ámbito clave para la colmatación ordenada del centro, aportando unos espacios libres de enorme calidad junto al río. Otro espacio de desarrollo será en las huertas que dan a la calle Goieta, desde el convento hasta el jardín de Modet, donde se levantarán 120 viviendas. Su realización permitirá completar el vial que una San Fausto con la calle Besaide.

En la parte de atrás de la calle San Pío, en la zona más cercana a la gasolinera, se proponen 48 viviendas para rematar el casco urbano, con un parque de ribera y realizando la estratégica transición viaria hasta la zona de Ibarra. Otra zona es un pequeño terreno junto a Montorroste. Es un área que procede de un convenio-cesión del jardín de Arespakotxaga. Su desarrollo abre la posibilidad de construir un vial que una ese espacio con la carretera de Berriz.

En el área de San Anton que limita con la carretera se pretenden construir 68 VPO destinadas a alquiler social. «Esta zona residencial requiere de una actuación que la integre al pueblo y que la regenere. Hoy en día -detallan- carece de una ordenación ajustada y ni siquiera dispone de accesos en condiciones, aceras o aparcamientos».

«Todo ello -se refiriero a las propuestas que contempla el PGOU- responde a un modelo moderado, que busca un leve crecimiento para Elorrio, sin que éste pierda sus características fundamentales, y que consiga unos niveles de equipamiento urbanístico dignos en diversas áreas sin desarrollar. Además -añaden a la hora de justificarlas- esto se completa con un análisis muy detallado que permitirá que edificios que el Plan anterior dejaba fuera de ordenación sigan siendo parte de nuestro pueblo. Viviendas como las que existen en Montorra, Urkizuaran, Buzkantz o en la calle San Bizente. Queremos que estas casas sigan estando habitadas en el futuro».

Ordenar las industrias

En el ámbito de las actividades económicas, se confiesa que el espacio destinado a la industria «está envejecido, mal aprovechado y bastante desordenado. Muchas instalaciones productivas se han quedado viejas y ahora la crisis hace estragos en lo que hasta hace 10-15 años eran la industria emblemática: las fundiciones y empresas auxiliares de automoción».

Hay cuatro actuaciones fundamentales. La que tiene prioridad absoluta, según las autoridades, es el entorno de Forjas-IRE, que posibilitaría la inmediata instalación de nuevas industrias y contribuiría a la regeneración de un antiguo suelo degradado.

Otra prioridad es la desclasificación del suelo urbanizable en San Eloy. «Estaba sin desarrollar y siempre han existido problemas por estar en una zona inundable. Creemos que no tiene sentido mantener suelo industrial en una zona tan alejada del resto de fábricas y polígonos», comentan.

Se propone también la conversión del suelo de Lince en un suelo no sectorizado para atender futuras necesidades, como sucede con el sector de San Bizente. La cuarta actuación relevante es la propuesta de unificar en San Anton-Pulla toda la oferta de nuevos suelos para actividades económicas. Son un total de 7 hectáreas, bastantes menos que las 25 hectáreas previstas en el Plan anterior. Esta zona industrial enlazará directamente a la autovía.