El Gobierno español aprobó ayer un decreto por el que AENA vuelve a asumir la capacidad de gestión y control del tráfico aéreo, que desde 1999 estaba en manos de los controladores aéreos. Además, el decreto liberaliza el servicio del control del tráfico aéreo del Estado español que a partir de ahora podrán desempeñar nuevos proveedores. Esta decisión, adoptada a propuesta del ministro de Fomento, José Blanco, se debe a la imposibilidad que tiene en estos momentos AENA de garantizar la prestación de los servicios que dan los controladores aéreos.

A través del decreto se permite la llegada de controladores de cualquier estado europeo que tengan la licencia oportuna.

La liberalización de los servicios de proveedores civiles cualificados se hará de forma paulatina y en función de las necesidades en las torres de control de los aeropuertos oportunos, según explicó el presidente de AENA, Juan Lema.

Esta medida no ha gustado a la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que según anunció ayer, estudia recurrirla ante los tribunales.

«Estado de excepción»

El decreto supone, a su jucio, instaurar «un estado de excepción laboral a todas luces injustificado por parte de los gobernantes de este país», que confirma «la ausencia total de voluntad negociadora por parte de AENA».