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«Un decreto no se puede basar en proteger una cueva de la que hoy no se conoce su totalidad»

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Xabier Peñalver

Arqueólogo de Aranzadi

Xabier Peñalver lleva más de 25 años trabajando en diferentes excavaciones de Euskal Herria, una de ellas, la de Praileaitz, un yacimiento con contenido excepcional en toda Europa y que ahora se enfrenta a un futuro incierto ante la incesante actividad de la cantera de Sasiola.

Ariane KAMIO | DONOSTIA

Parecía que el cambio de Gobierno en Lakua iluminaría con un pequeño rayo de esperanza la protección de la cueva de Praileaitz, en Deba. Sin embargo, la nueva Consejería de Cultura, dirigida por Blanca Urgell, no aplicará los planteamientos proteccionistas defendidos durante la legislatura anterior, y ahora se dispone a modificar el decreto que regula la actividad en el entorno de la caverna. A juicio de arqueólogos y movimientos sociales, esta medida no es suficiente para garantizar la supervivencia de este entorno que se expone a una constante amenaza: la explotación de la cantera de Sasiola.

Increíble pero cierto lo que está pasando con Praileaitz.

Me cuesta creer que sea verdad lo que está pasando con Praileaitz, sobre todo en los últimos meses con el nuevo Gobierno. Me cuesta creer que sea verdad lo que estamos viendo y lo que ahora, en estos últimos días, están planteando. En principio, nada hacía previsible que esto iba a ser así. Es decir, los posicionamientos de los diferentes grupos parlamentarios quedaron claros en las diferentes Comisiones de Cultura y también quedaron claros en el Pleno del Parlamento, por lo que sorprende absolutamente que ahora quien gobierna esté haciendo planteamientos similares a los que hacía en su momento Miren Azkarate y que incluso la Diputación de Gipuzkoa esté siendo mucho más conservacionista que lo que está planteando en este momento el PSE.

¿Cómo explicaría el contenido del nuevo borrador que regulará la actividad en el entorno de la cueva y fijará sus áreas de protección?

El nuevo borrador del decreto tiene varios frentes, pero los centrales son el área dos y el cuatro. El área dos es el círculo de protección de la cueva, su primer anillo de protección (además de la cueva en sí), y el área cuatro es la que corresponde a la ladera. Se pueden tratar por separado, pero estamos hablando de una misma cosa. Que en estos momentos el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco no sea capaz de respetar que dijo en su día, que era «ejemplar» el apoyo internacional que habíamos recibido y que incluso se decía que «a ver quien mas falta en estas listas para poderlos añadir», cuesta creerlo.

El planteamiento novedoso es ese aumento a quince metros del área dos. Quince metros en ese monte es una cosa anecdótica. También me sorprende, por muchos estudios técnicos que hayan hecho, por qué se aplican 65 y no los 100 metros que plantea la Diputación, por ejemplo. Pero que en los 65 metros vayan a hacer una trinchera que parece que es el tema estrella para que así se proteja la cueva de las vibraciones, ése es un problema de la empresa (en referencia a Zeleta). Ellos sabrán cuánta cantidad de dinamita meten y a qué distancia la meten. El que se haga una trinchera para que no tengan mayor afección las voladuras, al fin y al cabo, es para meter más dinamita y más cerca de la cueva. Plantear desde Cultura como panacea la trinchera esa, y dejarla en los 65 metros, al fin y al cabo lo que se está haciendo es acercar más para poder destruir más todavía.

La ladera, sin embargo, es el núcleo de este debate.

El área cuatro, la de la ladera, es un tema que planteamos todos, desde investigadores hasta todos los movimientos que han mostrado su apoyo. Hay que tener en cuenta que el área del Bajo Deba está plagada de decenas y decenas de cuevas de esta época, y que no hay otro lugar en toda Euskal Herria y poquitos lugares en Europa con esa concentración de yacimientos. Los materiales que ha dado esa cueva, la actividad ritual que se ha desarrollado en ella hace 15.500 años, confirman que la excepcionalidad a nivel europeo y, por lo tanto, también mundial es grandísima. El chamán de Praileaitz no subía volando en ala delta a la cueva; hay un espacio en la zona, no solamente paisajístico, sino cultural, ligado directamente con el yacimiento. Desde ese punto de vista, se planteó que se protegiera lo que queda de ladera, que es una película en el monte, pero ellos están empeñados en destruirla.

En este decreto, en contra de lo que se dijo anteriormente por el actual partido gobernante, que se diga que esa ladera la protege la Ley de Costas no es suficiente. El viceconsejero Antonio Rivera está diciendo lo mismo que dijo Miren Azkarate en el último momento de la legislatura y con muchas cosas en contra. Es cultura lo que estamos pidiendo.

Sin embargo, la ladera está en riesgo continuo.

Han instalado una máquina, y se ha hecho, no sé si con permisos o sin ellos, pero se ha hecho, en plena ladera, y ya le han pegado el primer bocado. Cuando ahora decidan atacar la ladera, ¿la Diputación qué va a hacer? Se va a quedar sin esa competencia, no va a poder decidir, ¿va a acatar? ¿Vamos a tener que ver cómo, recurso tras recurso, van comiéndose la ladera? ¿Hasta dónde? ¿Hasta dónde van a llegar los recursos de Zeleta?

Si el planteamiento es que eso vale mucho dinero, que el Departamento de Cultura va a tener que pagar inmensas cantidades de dinero a Zeleta (empresa explotadora de la cantera) y que Cultura va a tener que cambiar el patrimonio cultural por dinero, ya es otro tema. Pero si Cultura se siente incapaz de resolver este asunto, igual es un tema de Gobierno, y a lo mejor es Patxi López el que tiene que decidir.

¿Pueden ser, entonces, los intereses económicos los que obligan al Departamento de Cultura a cambiar de postura de una legislatura a otra?

Yo ya no sé nada, no sé cuál es el fondo. Con el Gobierno anterior intuías una serie de cosas, y ahora, sorprendenemente, vuelves a intuir las mismas. Hay una cosa clarísima; estamos hablando de dos elementos. Por una parte, patrimonio cultural muy importante, y por otra, dinero de una empresa privada que está actuando en esa zona. Pero da la sensación que al final la balanza la componen cultura por dinero, o dinero por cultura.

Sin embargo, aún queda mucho por descubrir en el interior de Praileaitz.

A nosotros nos paralizaron en enero de 2009 la excavación y nos fuimos a casa. Partimos ya de una cosa que también ha salido en estas reuniones, y es que dentro de esas áreas, la primera, la elemental, es la cueva en sí. La zona uno, la clave de todo, no la conocemos, no está definida. Y como no está definida, se ha definido en el nuevo borrador como la cueva a partir de las paredes conocidas. Yo planteé en las reuniones que hemos mantenido con Lakua qué es lo conocido y qué es lo que sabemos que está, aunque no lo hayamos excavado. Esta cueva tiene galerías inmensas colmatadas, rellenas de sedimento arqueólogico de las mismas épocas de las que hemos estado excavando, donde puede haber más colgantes como los que hemos encontrado hasta ahora. El georradar tiene limitaciones enormes y, en cuanto hace algún quiebro la roca, no podemos saber qué desarrollo tiene esa galería si no es excavando. Sin embargo, como no lo sabemos, se ha tirado por lo fácil, pero estamos absolutamente seguros de que hay más: vemos el corte del sedimento en la roca. Es como si en nuestra casa tuviéramos tres habitaciones, y, en dos de ellas, abres la puerta, y está llena de tierra, no la ves, pero sabes que la habitación está ahí. En ese contexto, no puedes decir que la casa tiene solamente una habitación. No puedes basar un decreto en proteger en diferentes áreas una cueva que no sabes lo que tiene dentro y hasta dónde llega.

El yacimiento, potencialmente, tiene muchas posibilidades. Entre las últimas aportaciones hay dos muy importantes. Una es que, con fecha del último día de excavación, del 30 de enero de 2009, entre los restos de fauna se localizó un fragmento que es el segundo bastón de mando que aparece. El segundo, es que la datación de C14 del último nivel de esa segunda sala interior en la que fueron suspendidos los trabajos es de un nivel del Epipaleolítico, lo cual quiere decir que el nivel Magdaleniense Inferior de los colgantes que hallamos está todavía por debajo. Y más abajo, hay un nivel Solutrense de hace unos 18.000 años, hay también un Gravetiense, de 26.000, etc. Hay galerías colmatadas de tierra que también son yacimientos y que no han sido consideradas en este decreto porque no conocemos su desarrollo total.

¿Cree que Diputación tendría que presionar más?

Yo no sé lo que tiene que hacer Diputación. Lo que sé es que si Diputación defiende los cien metros y plantea que es importante que la ladera se controle desde el Departamento de Cultura, tendría que poner los medios para llevar adelante lo que piensa y plantearlo claramente al Departamento, antes de que sea tarde.

¿Para usted cuál sería la forma ideal de proteger este enclave?

A mí me parece que es un tema de claridad de mente, de ver la importancia de lo que estamos diciendo. Yo he preguntado en más de una ocasión, «¿si estuviéramos ante Altamira, qué pasaría?». Estamos ante un yacimiento del mismo valor, y que legalmente tiene exactamente la misma protección. Entonces, ¿qué estamos haciendo? ¿Cómo estamos regateando los quince metros más, la protección de la ladera...? Ese corte de miras me parece que merece ser revisada. Al final, modestamente, creo que el planteamiento más lineal y no maximalista, sino de lógica, con el respaldo científico de toda Europa, es el que estamos llevando nosotros. Con este precedente, la protección del patrimonio en Euskal Herria va a ser complicada, porque a nada que en frente tengamos a alguien con la suficiente fuerza para plantar cara, nos vamos a plegar. Esa es la sensación que tengo.

¿Debería de parar su actividad Zeleta?

Nosotros nunca hemos planteado la paralización de la cantera, nunca, ni los grupos de apoyo tampoco. Nosotros planteamos lo que habría que conservar. El tema de si es rentable o no es rentable es problema de una empresa, a mí no me afecta. Nosotros hemos marcado unos límites. De hecho, el informe que hizo Jean Clottes, encargado por Miren Azkarate, hablaba de una protección de 500 metros; es decir, la cantera sería automáticamente paralizada. Nosotros decimos que el área dos, el de los 50 metros de perímetro actual, y la ladera, son la clave de este asunto.

¿Cómo ve el futuro de la cueva en unos años?

Yo en su momento dije que estábamos viviendo días negros para la cultura y el patrimonio de Euskal Herria cuando Miren Azkarate aprobó el decreto, y si esta modificación va hacia adelante, volveremos a la misma situación de oscuridad. Ni yo ni creo que la Diputación de Gipuzkoa sabremos lo que va a pasar al día siguiente. No sabemos hasta dónde va a llevar Amenabar el proceso de extracción de grava, porque es grava, y no oro, como dijo una vez el alcalde de Deba: «¡Parece que es oro lo que hay ahí!».

¿Cómo se siente ante estos acontecimientos?

Hay una palabra que no voy a decir, porque si la dijera sería mentira, y porque a alguno le gustaría oírla; menos cansados, nos sentimos de muchas formas. No estamos cansados y no vamos a tirar la toalla, aunque más de uno se alegraría de oír eso. Tampoco estamos defendiendo esto por cabezonería, y creo que ellos sí. Como dijo en su día Rivera en el Parlamento: «No solamente hay aquí un tema económico, sino que hay un tema de prepotencia». Nosotros estamos defendiendo el patrimonio, que seguramente tampoco tendríamos que ser nosotros los que lo tuvieramos que defender, pero veíamos que esto se venía encima, que iba a la destrucción, y que si no hubieramos activado en su día la voz de alarma, a estas alturas no sé donde estaríamos.

cultura y dinero

«Estamos hablando de dos elementos; un patrimonio cultural muy importante y dinero de una empresa privada. Parece que la balanza la componen cultura por dinero o dinero por cultura»

ALA DELTA

«Los materiales hallados confirman la excepcionalidad de la caverna. El chamán de Praileaitz no subía volando en ala delta a la cueva, hay un espacio en la zona, no solamente paisajístico, sino cultural»

EL MISMO VALOR

«¿Si estuviéramos en Altamira, qué pasaría? Estamos ante un yacimiento del mismo valor y que legalmente tiene exactamente la misma protección»

sin cansancio

«Menos cansados, nos sentimos de muchas formas. No estamos cansados y no vamos a tirar la toalla, aunque más de uno se alegraría de oír eso»

DIFÍCIL FUTURO

«Con este precedente, la protección del patrimonio en Euskal Herria será complicada, porque a nada que en frente tengamos a alguien con la suficiente fuerza para plantar cara, nos vamos a plegar»

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