Reforma del mercado laboral
Zapatero ata a UGT y CCOO con una propuesta que la CEOE cree positiva
Si algo caracterizó el documento aprobado ayer por el Consejo de Ministros en el camino de la reforma del mercado laboral fue la falta de concreción. El texto, del que Rodríguez Zapatero informó horas más tarde a la opinión pública tras contrastarlo con los sindicatos CCOO y UGT y la patronal, es «abierto y flexible», según se dijo, lo suficiente para que todos hicieran una valoración positiva del mismo.
Iker BIZKARGUENAGA | GASTEIZ
El Gobierno español presentó ayer unas «Líneas de actuación en el mercado de trabajo para su discusión con los interlocutores sociales en el marco del diálogo social». Una propuesta de la que José Luis Rodríguez Zapatero dijo que está «centrada» en la mejora del uso del contrato de fomento del empleo estable, que contempla una indemnización por despido de 33 días, frente a los 45 de un indefinido ordinario. El texto, que contiene ocho líneas de actuación, dice apostar, entre otras medidas, por «reducir la dualidad y la temporalidad» del mercado laboral que, admite, ha hecho un uso «excesivo» de la misma. Por ello, cree necesario situar la contratación estable «como elemento central del nuevo modelo de crecimiento económico».
No detalla, sin embargo, cómo hacerlo, al margen de menciones sin profundizar a cambios jurídicos y campañas de control de la Inspección de Trabajo, en el caso de la contratación de duración determinada, y de la necesidad de aunar, por otra parte, la contratación indefinida «con la flexibilidad y adaptabilidad requeridas por las empresas».
También aboga por una reforma de la regulación del contrato a tiempo parcial -figura por la que se apuesta-, «que establezca la diferenciación de dos modalidades de contrato: una primera que facilite la conciliación de la vida laboral y familiar mediante la fijación de un horario de trabajo fijo y estable», y una segunda que «permita flexibilidad en la organización de la jornada para favorecer la adaptabilidad de las empresas a las variaciones del proceso productivo y reducir la temporalidad».
El documento también menciona actuaciones para favorecer el empleo de los jóvenes, a través de un programa específico, dirigido a personas de entre 16 y 24 años, para mejorar su formación y su empleabilidad.
Entre las medidas se encuentran también actuaciones «para el refuerzo de los Servicios Públicos de Empleo y la mejora general de la intermediación laboral», a través de un «impulso a su modernización», al tiempo que se propone revisar la actual política de bonificaciones a la contratación, llevar a cabo actuaciones sobre la negociación colectiva y la flexibilidad interna en las empresas, y promover medidas para la no discriminación en el trabajo entre mujeres y hombres. Asimismo, se citan actuaciones para la mejora del control de los procesos de incapacidad laboral y para fomentar el uso de la reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal de empleo.
Cita en La Moncloa
Las previsiones anunciaban que al término del Consejo de Ministros, a mediodía, la vicepresidenta primera y portavoz, María Teresa Fernández de la Vega, y los ministros del ramo informarían sobre la reforma laboral promovida por el Gobierno español. Pero a media mañana se difundió que en la cita semanal con los medios no se iba a dar ningún detalle al respecto y que el presidente había citado a las cinco de la tarde a los líderes de los sindicatos CCOO y UGT y de las patronales CEOE y CEPYME.
El Gabinete de Rodríguez Zapatero, que el miércoles ya tuvo que dar marcha atrás -formal- en su propuesta de ampliar los años para el cómputo de las pensiones, sufrió miedo escénico y quiso controlar las valoraciones a su propuesta de reforma. Los dos sindicatos que hasta ahora le han acompañado en su travesía sobre la crisis económica y social le habían pedido la víspera que no hiciera públicos sus planes, y el secretario general del PSOE no se podía permitir un nuevo contratiempo público en su semana más negra. Por eso llamó a Ignacio Fernández Toxo, Cándido Méndez, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas. El tono medido de las posteriores valoraciones fue un claro indicador de qué es lo que les pidió el mandatario español.
De hecho, todos los agentes coincidieron en pasar muy por encima del contenido del documento que les trasladó Zapatero y, curiosamente, todos ellos hicieron «en una primera lectura» una valoración positiva de lo escuchado. Quizá algo tuvo que ver en esto la falta de concreción del texto, del que Toxo admitió, a preguntas de los periodistas, que «tiene mucha más literatura de la que nos hubiera gustado encontrar». Se trata, según se informó desde el Ejecutivo, de un documento flexible y abierto a la negociación. Lo suficiente para que nadie se sintiera obligado a rechazarla.
Los dirigentes de UGT y CCOO, eso sí, valoraron que la reforma laboral que pretende el PSOE «no es tan dura» como la del sistema público de pensiones.
Hubo foto conjunta durante la reunión, pero luego cada parte compareció por su lado, comenzando por el presidente de la CEOE. Díaz Ferrán valoró que el documento va «en la buena dirección» y que todas las medidas que contiene le parecen «positivas», aunque no profundizó en su valoración a la espera de un análisis más detallado por parte de la patronal.
El líder de los empresarios españoles puso en valor el hecho de que la propuesta sirve, al menos, para cometer una reforma laboral, como ha solicitado la CEOE «desde hace tiempo», y avanzó que las líneas de trabajo que plantea el Gobierno posibilitarán unas reglas «más modernas» del mercado laboral.
Toxo y Méndez, por su parte, consideraron que «no hay que confundir» el rechazo a la reforma de las pensiones con su postura sobre la reforma laboral, aunque, respecto a aquélla, abrieron la posibilidad de retirar las movilizaciones contra el «pensionazo» si Zapatero «reconsidera su iniciativa».
El Gabinete de Zapatero quiere fomentar la contratación a tiempo parcial, inspirándose en el llamado «modelo alemán». «Es un yacimiento para el empleo», sostuvo el presidente español en rueda de prensa.
Los líderes de CCOO y UGT y de la patronal coincidieron en valorar positivamente el texto. Díaz Ferrán (CEOE) dijo que la propuesta «va en la buena dirección», mientras Méndez y Toxo saludaron que sea «menos dura» que la reforma de las pensiones.
Fernández de la Vega quiso salir al paso del aluvión de dudas y críticas recibidas desde todos los ámbitos por la economía española y dijo que el Ejecutivo «no permitirá» que se cuestione su «credibilidad, potencial y fuerza» para salir de la crisis.
El Gobierno español recibió el respaldo del president catalán José Montilla, quien defendió las reformas que plantea Zapatero, porque «las necesitamos». Lo hizo en una reunión con diputados y senadores del PSC para preparar las elecciones.
La economía española continuó en recesión en los últimos tres meses de 2009, al registrar una caída del 0,1% respecto al anterior trimestre, según el Banco de España (BE), que calcula que en el conjunto del año pasado el Producto Interior Bruto (PIB) retrocedió un 3,6%. Estos datos contrastan con los de otras economías de la Unión Europea o de otras latitudes del planeta, que habían presentado cifras positivas en las últimas mediciones.
En un informe dado a conocer ayer, señala que en términos interanuales el deterioro del cuarto trimestre fue del 3,1%, y el del empleo del 6,1%, y apunta que en ese periodo la caída de la demanda interna -consumo e inversión- fue menos pronunciada (del 4,8%) gracias a algunas de las medidas de estímulo económico que, recuerda, son transitorias. Con el dato de octubre a diciembre, la economía española acumula siete trimestres de caídas trimestrales y cinco de retrocesos interanuales, mientras que el deterioro del conjunto de 2009 es el mayor de las últimas décadas. Una caída que, admite el BE, no sólo se ha producido en consonancia con la recesión mundial, sino también por los «desequilibrios acumulados durante la fase expansiva».
En su último boletín económico, esta institución apunta que el consumo de los hogares podría haber registrado ya un «ligero» crecimiento trimestral, empujado sobre todo por las compras de automóviles. No obstante, el consumo privado sigue siendo muy débil por el deterioro del empleo y las restricciones de crédito, y hace que el ahorro siga aumentando.
El organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez recuerda además que la compra de coches puede estar reflejando una anticipación en las decisiones de gasto para los bienes duraderos, que se volvería a retraer así en próximos trimestres.
El sector de la automoción también ha empujado algo la inversión en bienes de equipo, que no obstante sigue mostrando caídas debido a la «gran incertidumbre» sobre la recuperación de la demanda, así como por las dificultades que continúan teniendo las empresas para conseguir financiación. En el caso de la construcción, la caída de la inversión se moderó algo en el cuarto trimestre a pesar de seguir siendo muy elevada. El informe recuerda también que siguen pesando factores como el desempleo y la restricción del crédito, que hacen que no despeguen las transacciones inmobiliarias.
GARA
El Banco de España considera que la propuesta del Gobierno español de elevar la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67 puede contribuir de manera «significativa» al equilibrio financiero del sistema público de pensiones. En su último boletín económico del mes de enero, el organismo regulador considera necesario que se acometan reformas estructurales para superar la crisis y restablecer el crecimiento y la generación de empleo. Al respecto, estima de «especial trascendencia» las referidas a la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Estas valoraciones, que coinciden con las realizadas en los últimos días por quienes han dado su respaldo a la reforma que pretende llevar a cabo el Gabinete de Zapatero, contrastan con las palabras del secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granados, quien dijo ayer que la Seguridad Social está «en muy buena situación» y que tiene un superávit muy elevado -hasta 8.500 millones-, que es posiblemente «el mayor de los países de la OCDE». Granados, para sostener las intenciones del Ejecutivo, esgrimió que hay que aprovechar «que ahora estamos en buena situación para hacer las reformas con tiempo suficiente que eviten agravios comparativos». «Para todos es una ventaja que la Seguridad Social tenga superávit porque así no hace falta restar fondos que se pueden utilizar para otras cosas», según el secretario de Estado español.
Sostuvo que, pese a que en los últimos años se ha ido retrasando la edad de jubilación, no va a ser suficiente porque el envejecimiento de la población va a ser mucho más intenso que la capacidad económica del sistema para mantener buenas prestaciones.
GARA
El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ante los datos que indican que la economía española cayó un 0,1% en el cuarto trimestre de 2009, quiso hacer una lectura positiva y defendió que esas cifras indican que «estamos más cerca del fondo».
