La verdad sobrevuela la liga. Tarde o temprano siempre termina golpeando donde duele y donde es necesario. A Boston Celtics, a su gran tridente y a sus más recientes adquisiciones se les puede pasar el arroz. Incluso lo reconocen desde dentro de la propia franquicia: «Orlando es mejor que nosotros ahora mismo. Atlanta es mejor que nosotros. Los Angeles es mejor que nosotros. Esos son los equipos que nos han derrotado. Eso no quiere decir que no podamos derrotarlos en algún momento pero, a día de hoy, son mejores», afirmaba Glen Doc Rivers.

El entrenador jefe de Boston vio como su equipo había dejado escapar el encuentro ante Orlando Magic en el tercer cuarto. Un terrorífico parcial de 19-0 para los de Florida destrozó las intenciones defensivas de los Celtics y volteó el partido.

Lo cierto es que era la primera vez en toda la temporada en la que los Celtics de Rivers disponían de toda su plantilla al completo. Se suponía que de esta forma Boston cambiaría de cara y se convertiría en lo que realmente se supone que es, un auténtico favorito al título.

Pero las cosas, pese a la vuelta de Marquis Danields y a la presencia en cancha del gran tridente al completo, no terminaron de cambiar. Incluso fueron a peor, puesto que en la madrugada del lunes los Celtics sumaban su tercera derrota consecutiva ante los Magic y lo hicieron de una forma dolorosa, con un aparatoso tercer cuarto protagonizando la remontada de Orlando y lastrando la teórica vuelta de la bestia verde.

El comienzo fue bueno para Boston ya que logró ventajas superiores a los diez tantos. La sonrisa de los Celtics se alargó hasta el descanso pero entonces, el equipo volvió a mostrar los mismos males que llevan luciendo desde que en diciembre lograran una racha de 11 victorias consecutivas.

De más a menos en anotación

El tercer periodo fue horroroso para Boston. Y no sólo por el 19-0 inicial, sino porque pronto pasó a ser un 25-2 y se acabó convirtiendo en un escandaloso 36-11. «Somos mejores que esos 11 puntos del tercer cuarto pero el partido se nos fue ahí. Por alguna extraña razón, los terceros cuartos nos están matando esta temporada. Tenemos que mejorar en ese periodo», aseguraba Kevin Garnett.

Doc Rivers fue más tajante y afirmó haber jugado como «basura. Todo lo bueno que hicimos en la primera mitad, decidimos no hacerlo en la segunda». El técnico se refería sobre todo a la defensa de su equipo. Y es que si en los dos primeros cuartos apenas concedieron jugadas de bloqueos y penetración, realizaron coberturas defensivas a la perfección y mantuvieron especial atención en cerrar la vía del lanzamiento exterior de Orlando, en la segunda se olvidaron del guión preestablecido.

La amargura del banquillo de los Celtics tenía su respuesta amable en el de los Magic. Van Gundy admitió que el tercero del domingo fue «el mejor cuarto que han jugado» desde que él lleva las riendas del equipo.

A partir de ahora los Celtics lucharán por no perder comba y no ceder posiciones ante Atlanta o los propios Toronto Raptors, que aún estando a cinco partidos, están en un momento de juego y resultados realmente dulce.