En los últimos meses el consejero de Interior había lanzado ya varias advertencias públicas. El pasado 4 de diciembre, Rodolfo Ares aprovechó nada menos que la entrega de una condecoración a los familiares del policía Eduardo Puelles, muerto en atentado de ETA, para pedir a Eusko Alkartasuna «que no se deje engañar» por los «radicales abertzales» para conformar un polo soberanista «con gente que no se ha desmarcado de la violencia». El 20 de enero volvió a lanzar el mismo mensaje, esta vez a través de una entrevista en Radio Euskadi, donde insistió en que «todas las informaciones de ese mundo» que tienen los responsables de Interior «es que no tienen intención de hacer política y sólo política».

Pero EA, que a nadie se le oculta que mantiene una relación fluida con la izquierda abertzale, no comparte la misma visión que Rodolfo Ares, ni quiso permanecer callada ante estas declaraciones y otras, como las del PP, que le avisaban de que una posible unión entre independentistas podría acabar en manos de la Fiscalía. El propio Pello Urizar ofreció una rueda de prensa el 27 de enero en el que aseguraba que no modificaría su apuesta por la unidad a pesar de las presiones.

Con las cosas así, hace un par de semanas desde el Departamento de Interior se pusieron en contacto con la sede de EA en Donostia, preguntando inicialmente por el parlamentario Jesús Mari Larrazabal. Ares y Larrazabal se conocen del trato en la Cámara autonómica y es probable que el consejero quisiera que ejerciera de puente para acceder a Pello Urizar. Dado que el parlamentario se encontraba en el extranjero por motivos docentes y no era fácil de localizar, Rodolfo Ares terminó contactando directamente con el secretario general de EA, y concertando la cita.

Sólo para eso

Según ha señalado Pello Urizar a este diario, la reunión con el consejero de Interior tuvo como único punto la cuestión del debate de la izquierda abertzale y las posibilidades de conformar junto a EA y otras fuerzas algún tipo de unidad soberanista. Rodolfo Ares le trasladó que existen movimientos en la izquierda abertzale, pero que todavía son «insuficientes».

El tono del encuentro fue bueno, pero el secretario general de EA lo entendió como un intento de disuadir a esta formación política de que mantenga su actual apuesta política de buscar una estrategia común para avanzar hacia la independencia por vías políticas y democráticas.

Al parecer, los responsables de Interior consideran que los movimientos de EA distorsionan la estrategia diseñada por el PSOE contra la izquierda abertzale.

Ciertamente, resulta poco frecuente y llamativo que un responsable de Interior convoque al máximo dirigente de un partido para tratar de reconducir su estrategia política. Más aún cuando probablemente éste tenga información mucho más directa sobre la izquierda abertzale que la que puedan ofrecerle las fuentes policiales.