Más de medio siglo de humanidad, en la mirada de Alberto Schommer
El Museo de Bellas Artes de Bilbo inaugura hoy la primera gran retrospectiva dedicada a Alberto Schommer (Gasteiz, 1928), uno de los fotógrafos más reconocidos internacionalmente. La exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 16 de mayo, recoge el fruto de 57 años de trabajo de este gasteiztarra que aboga por la consideración artística de la fotografía y que ha dirigido su mirada «al lado positivo de la humanidad para hacer ese canto a la bondad».
Ane ARRUTI | BILBO
«Creo en el futuro, soy absolutamente positivo con todos los medios técnicos de la fotografía. Aunque yo practique, de momento, la fotografía convencional, creo en la fotografía nueva, creo en todos lo medios fantásticos que la mente humana está creando para ella». A sus 81 años, el fotógrafo Alberto Schommer no parece que tenga intención alguna de colgar su cámara. «Estoy trabajando en buscar la forma de hacer un nuevo trabajo», confesó ayer en Bilbo, «algo que no haya hecho hasta ahora», añadió.
El Museo de Bellas Artes abre hoy y hasta el 16 de mayo, la exposición «Schommer. Retrospectiva 1952-2009», la primera gran retrospectiva dedicada al fotógrafo vitoriano de reconocimiento internacional y galardonado recientemente con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2009, que otorga el Ministerio español de Cultura.
La muestra reúne más de cien obras plasmadas durante sus 57 años de carrera profesional. «Fui pintor, medio arquitecto, hice películas y, al final, me di cuenta, gracias a Irving Penn (fotógrafo estadounidense de moda y retratos) y su familia, de que yo tenía que ser fotógrafo», confesó. Una profesión que hereda de su padre, el alemán Albrecht Schommer Koch, quien desde 1922 tuvo un estudio en Gasteiz.
«En fotografía he dado todo lo que yo creía que podía dar», declaró Schommer , quien se considera «una persona que desea hacer una obra para los demás, para que los demás queden satisfechos con ella», además de ser un férreo defensor de la consideración artística de la fotografía. «Pienso que es el futuro más importante, más fuerte, que en este mismo momento tiene el arte planteado».
El alavés se autodefinió como un fotógrafo no lineal que se ha dejado influenciar por las distintas corrientes. «Soy partícipe un poco de todos ellos. No de copiarlos, por supuesto, sino sencillamente de ir de la mano unos con otros, sintiendo y gozando de lo que unos con otros hacemos». Muestra de ello es la variación de obras de la exposición que puede verse en Bilbo.
Tres etapas
«Ésta es una de las muchas aproximaciones que se le pueden hacer», detalló el comisario Alejandro Castellote, teórico de la fotografía y especialista en la obra de Schommer, «y abre las puertas a otro tipo de aproximación», añadió. La exposición, que recorre la obra más importante de Schommer desde las primeras fotografías de su Gasteiz natal hasta la serie «Cascografías volumétricas», de 2008, se ha dividido en tres apartados: el primero reúne los trabajos que realizó hasta trasladarse a Madrid en 1966; en el segundo, titulado «Paisajes y escenarios urbanos», «traslada todo ese caos de la ciudad, toda esa ebullición a imágenes», explicó Castellote; y el tercero, «Experi- mentación y puesta en escena», recoge sus obras más creativas.
Entre las obras se incluyen, por ejemplo, los trabajos de vintages y las copias modernas de sus inicios, o los «retratos psicológicos» de personalidades célebres como los poetas Gabriel Celaya, Rafael Alberti o José Hierro, pintores como Salvador Dalí o Andy Warhol o el escultor donostiarra Eduardo Chillida.
Destacan también los paisajes, los desnudos o una última sección con fotomontajes y piezas volumétricas, que muestran el busto de distintas personas fotografiadas desde diferentes ángulos. Castellote subrayó que frente a los que han preferido inmortalizar los desastres de la humanidad o las partes oscuras del ser humano, «Schommer siempre ha dirigido su mirada al lado positivo de la humanidad para hacer ese canto a la bondad del ser humano que ha caracterizado toda su carrera».
Incombustible trabajador, Castellote quiso destacar que cuando a Schommer le llegó el día «en el que podía disfrutar de su fama sentado en su estudio, volvió a coger su cámara y salir a la calle», en busca de ese contacto directo, esa comunicación con la gente. Preguntado por sus planes de futuro, Schommer reveló que le gustaría viajar a China primero, y a Brasilia, porque «es una ciudad donde se podrían estudiar factores urbanísticos y humanos muy interesantes».
Mostró, incluso, su interés y preocupación por la situación de África, su arte y sus habitantes, continente que considera que se encuentra abandonado por todos y en manos de «dirigentes atroces». «Me gustaría hacer algo sobre Mali, porque África merece la pena ser retratada», reflexionó ayer.
Talleres y jornadas
Aprovechando la estancia de esta gran retrospectiva en Bilbo, el Museo de Bellas Artes ha organizado varias jornadas y talleres. El día 17 de marzo, el mismo Alberto Schommer y el comisario de la exposición, Alejandro Castellote serán los protagonistas del encuentro que tendrá lugar en el Auditorium del museo con entrada gratuita hasta completar aforo.
Los días 10 y 12 de ese mismo mes Patxi Cobo impartirá el taller de fotografía «Fotogramas y Calotipos», en el que se realizarán prácticas con cámaras de gran formato. El segundo taller, que tendrá lugar los días 24 y 26 de marzo, correrá a cargo de Begoña Zubero y consistirá en el análisis de distintas composiciones fotográficas y en el conocimiento de las aplicaciones que ofrecen las distintas cámaras.
«El arte, la quinta esencia, es lo más hermoso que tiene la humanidad. La época de 1500 es quizás la más fantástica en cuanto a creatividad. Y, ¿qué va a ser lo que llegue después? Seguro que es mucho mejor».
«Yo no sé qué, pero sé que pretendo crear algo rompiendo elementos, añadiendo elementos, buscando entre las personas y entre edificios, huecos que permitan iluminar una forma diferente de comunicar».
Título: «Schommer. Retrospectiva 1952-2009».
Autor: Alberto Schommer.
Lugar: Museo de Bellas Artes de Bilbo.
Fecha de finalización: 16 de mayo.