Se dice que el Ayuntamiento es la institución más cercana al pueblo, sin embargo un año más los impuestos municipales se aprueban sin que haya existido una verdadera consulta popular acerca de lo que deberíamos hacer con nuestro dinero público. Tampoco queda muy claro si quienes aprueban estos presupuestos realmente son conscientes de las necesidades reales de sus ciudadanos, ya que la mayoría de los ayuntamientos se han empeñado en recortar ayudas sociales, destinando miles y millones de euros para temas urbanísticos o de otra índole mientras la gente se queda sin trabajo y vive situaciones familiares de gran inestabilidad laboral y económica, afectando la salud de quienes están padeciendo estas situaciones.

Es importante que los políticos se dejen de tanta demagogia y se planteen en serio qué hacer ante esta situación de crisis, cuál es su papel institucional para con sus ciudadanos. Cada día sabemos de empresas que deben cerrar y que muchos trabajadores se quedan sin empleo y sin sueldo, en contradicción con las noticias que escuchamos de los altos beneficios que están obteniendo cada año los bancos. Aumentan los desahucios y embargos, las listas de morosos, las colas en el INEM, aumenta el número de parados y cada día notamos cómo nuestra economía familiar se ve afectada, deteriorada y hasta anulada.

Se habla de recorte presupuestario, pero no de los sueldos de los políticos y funcionarios de alto cargo. Aquí mismo nos estamos encontrando cada día con un nepotismo descarado a la hora de crear, inventar y otorgar nuevas plazas de puestos de confianza y otros trabajos por enchufe y contacto.

En nuestros municipios tenemos problemas de delincuencia e inseguridad ciudadana; de venta y consumo de drogas; de mayores que viven con una pensión de 400 euros y a veces menos; hay mucha gente durmiendo en la calle; muchos jóvenes que se enfrentan demasiado pronto a problemas laborales, de vivienda, de algún tipo de adicción; mucha gente trabajando sin contrato en condiciones de inseguridad física y económica; mucha gente que ha perdido su trabajo; gente que tiene uno o dos miembros familiares con alguna discapacidad física o mental y que requiere de todo tipo de apoyos sociales, profesionales y técnicos.

Muchos son los problemas que podemos mencionar y también muchos los colectivos y plataformas que se crean y se organizan para trabajar por sus propios intereses con iniciativas sociales, culturales, ecológicas y políticas para intentar hacer algo en cuanto a poder resolver sus dificultades. Por ello es importante que los ayuntamientos se impliquen con todos estos colectivos con seriedad y con verdadero compromiso, que consulten, que sepan recoger no sólo impuestos, sino necesidades y propuestas de todos estos colectivos. Y esto debe hacerse mucho antes de decidir cuál será su nuevo presupuesto municipal y en qué se va a invertir el dinero público, No son los políticos quienes deben decidir y aprobar presupuestos sino el pueblo y todos sus colectivos.