El llamamiento de la familia, así como de Etxerat y Askatasuna a electos y a la sociedad en general, sobre la situación de Lorentxa Guimón está teniendo cierto eco, ya que, además de numerosas movilizaciones, un senador socialista y el diputado centrista de la circunscripción vasco-bearnesa, Jean Lassalle, se han interesado por la situación extrema de la presa.

El senador del departamento de Isère, Louis Mermaz, antiguo ministro en varios gobiernos socialistas y ex-presidente de la Asamblea Nacional donde, entre otros asuntos, se encargó precisamente de una investigación parlamentaria sobre el estado de las prisiones en el Estado francés, ha interpelado por correo a la ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie sobre el caso de la presa angeluarra.

Por su lado, el diputado del Modem Jean Lassalle se habría comprometido a solicitar la intervención de la ministra responsable de las cárceles.

Dificultades para caminar

La presa política, que hoy cumple 39 días en huelga de hambre, tiene grandes dificultades para caminar y mantenerse en pie. Pese a ello, según informó su familia, los funcionarios de la cárcel de Roanne, donde se encuentra desde hace siete meses, se niegan a proporcionarle un asiento cuando llama por teléfono a su familia y la obligan a levantarse para los recuentos. Por lo demás, «no ha habido cambios» en el proceder de la dirección de la cárcel ni tampoco en la determinación de Lorentxa Guimón para proseguir con su protesta.

El estado de la presa angeluarra está rozando ya una frontera crítica por lo que, si se confirman las intenciones de Isabelle Chaillou, la directora de la prisión, Guimón podría ser hospitalizada en cualquier momento. En el único encuentro que mantuvo con la presa vasca, el pasado 28 de enero, Chailloux le manifestó que «mientras se mantuviera en pie» no sería trasladada al hospital.

Tanto la familia Guimón como los dos organismos de defensa de los derechos de los presos denunciaron el sábado pasado el «ensañamiento hacia Lorentxa» y la «arbitrariedad» de las decisiones de la administración penitenciaria respecto a la concesión de permisos de visita y la denegación de poder efectuar visitas familiares conjuntas con su marido -también encarcelado- y la hija de ambos, como lo hicieran antes de su traslado a Roanne.

Esas dos circunstancias, junto con la denuncia del aislamiento que sufre -es la única presa política vasca en Roanne-, son las reivindicaciones por las que Lorentxa Guimón decidió ponerse en huelga de hambre el pasado 2 de enero, después de meses de peticiones desoídas por la dirección de la cárcel.