Otra reunión informal innecesaria, otro gasto desorbitado
Josu JUARISTI
El Estado miembro que ocupa la rotación de las presidencias de los consejos de ministros de la Unión puede organizar reuniones informales en las que los ministros pueden intercambiar puntos de vista en un marco más relajado, sin un orden del día fijo. En estas reuniones no se toman decisiones formales ni se adoptan conclusiones ni documentos. Se celebran en las ciudades del Estado que ejerce la presidencia». Esto es lo que la propia UE dice respecto a las reuniones informales del Consejo, como la que está teniendo lugar en Donostia (y que fue trasladada a última hora a «territorio vasco» de su ubicación original, León). Como ésta, la presidencia española ha convocado 24 en distintas ciudades del Estado (había previsto 13 inicialmente). Suecia, por ejemplo, celebró 8, pero mucho más intensas y mejor definidas.
¿Para qué tantas reuniones informales? Básicamente, para dar visibilidad y titulares (sin mucho contenido demasiadas veces) al Estado miembro que ostenta la presidencia semestral, visto que no puede albergar las grandes citas (consejos europeos y consejos de ministros). Y Zapatero está demostrando que está mucho más necesitado de imagen y titulares que, por ejemplo, el Gobierno sueco.
La propia UE debería regular todo esto. Ya en 1999 el informe del Parlamento Europeo sobre el proceso decisorio del Consejo (A4-0049/1999 ) alertaba del número, «innecesariamente elevado», de los consejos especializados y recomendaba a los estados reducirlos. Pero esta Unión sigue funcionando a golpe de intereses y necesidades estatales. Tanta cumbre es innecesaria, por su ineficacia y por el enorme gasto que provocan. ¿Gastará Zapatero más que el mismísimo Sarkozy?