La «cadena perpetua» de facto que acarrea la aplicación de la doctrina 197/06 del Tribunal Supremo español ha sido impuesta a otro preso político vasco. Ahora es el azpeitiarra Juan Carlos Arruti quien ha visto su condena alargada y la fecha para recuperar la libertad se la han fijado el setiembre de 2019.

Arruti fue detenido por la Guardia Civil en setiembre de 1989 y desde entonces se encuentra en cautiverio y dispersado a cientos de kilómetros de su hogar. Pese a que en setiembre del pasado año Arruti había cumplido la totalidad de su condena, el azpeitiarra no fue puesto en libertad y en contra, le notificaron la aplicación de la nueva doctrina del Alto Tribunal, con lo que el azpeitiarra ha visto como su condena es incrementada en una dédaca más.

Desde que se impusiera la doctrina del Tribunal Supremo, según el cómputo de Etxerat, son 41 a los presos políticos vascos que se les ha aplicado y por lo que han visto alargada su condena.

Acoso a familiares

Además de los cacheos a los que quieren someter a los familiares de presos políticos vascos en las cárceles españolas, las sanciones contra los allegados se están convirtiendo habituales. Ayer informaron a GARA de dos nuevos castigos a familiares de presos políticos vascos del barrio iruindarra de Errotxapea.

Debido a los incidentes ocurridos con los carceleros de Curtis y Herrera, respectivamente, un hermano del preso politico Jesus Mari Gomez Ezkerro y una hermana de Iñaki Armendariz han sido castigados tres meses sin visitas por prostetar ante la nueva medida. Asimismo, denunciaron que a la hermana y a el cuñado del preso Zigor Ruiz, encarcelado también en Herrera, después de negarse a ser cacheados y por tanto perder el vis a vis, les fue limitada la visita posterior a 32 minutos.

Ayer fueron 50 los concentrados en Gros y 34 en Atarrabia .