Miguel Albaladejo presenta en la Berlinale una comedia costumbrista que ha escrito pensando en las que en los años 50 hacía Rafael Azcona para Marco Ferreri o Berlanga. Se debe a que traza una caricatura amable de las mujeres ancianas educadas bajo el régimen franquista, a las cuales se les inculcó un espíritu de sacrificio sobrehumano. La abnegación de estas señoras ha sido tal que nunca pensaron en ellas mismas, entregándose en cuerpo y alma a los demás.

La protagonista de «Nacidas para sufrir» es una solterona que, una vez rebasada la barrera de los setenta años, comprueba que toda su vida se la ha pasado al servicio de su familia. Primero cuidó de sus padres, para después ocuparse de tres sobrinas que quedaron sin madre. Una de ellas es monja y trabaja en una residencia de ancianos, por lo que esta mujer tiene miedo de acabar allí. Emprenderá entonces una lucha por asegurarse que, al final de sus días, alguien cuide de ella, sin importarle poner los medios económicos y legales necesarios a tal fin.

La principal baza de la película es su reparto coral de actrices, con Petra Martínez al frente. Adriana Ozores, que dice haberse inspirado en las actuaciones de su padre José Luis Ozores, hace de la criada de la anciana protagonista, la cual además cuida de su madre impedida. También es importante el papel de Malena Alterio, quien interpreta a la sobrina monja en una caracterización muy convincente. Tanto Adriana Ozores como Malena Alterio son de las actrices predilectas de Miguel Albaladejo, que recupera a la olvidada Marta Fernández-Muro.